Me case

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*Llegué al lugar*

El jardín se ve increíble, con muchas flores alrededor y la carpa con las mesas y la pista ya que ahí será la fiesta.
Parece un cuento de hadas, solo que el cuento jamás tendrá un final feliz.

— Te vez increíble — dijo Alondra acercándose a mi

*Sonreí*

*Alondra me dió un abrazo*

— ¿Cómo estás? — preguntó

— Pues cómo crees que estoy... Mal, siempre eh estado mal — contesté mirando a lo lejos a todos los invitados y a la prensa

— Ya se nos ocurrirá algo — contestó Alondra

— Espero que sea pronto...

Mi mamá llegó a interrumpir la plática para decirme que es momento de la ceremonia.
Me fui con ayuda de Alondra al lugar donde está el juez y mi futuro esposo.

(.............)

Llegó el momento de firmar... Alondra paso como mi testigo junto a mi padre y los padres de Steve fueron los suyos.
Después todos aplaudieron y llegó el momento de besarnos.

Steve me miró algo diferente y me acaricio la mejilla un poco, después comenzó a acercarse a mi para darme el beso al igual que yo a él.

— Espero que estés ansiosa de lo que pasará en la noche — dijo él susurrando a mi oído

La fiesta comenzó al igual que la ola de fotos para la prensa ya que esto es sumamente importante.

(…………………………….)

Llegamos al departamento donde vamos a vivir y claramente no vamos a tener una luna de miel porque yo no planeo viajar con él a ningún lado.

— Esta va a ser tu casa de ahora en adelante — dijo Steve besándome el cuello detrás de mi

( Más bien mi infierno — pensé)

Steve no se detenía para nada, hasta que decidí alejarme de él

— Creo que primero debemos de quitarnos la ropa y ponernos algo más cómodo ¿No crees?

— Que gran idea

— Voy al baño a desabrocharme el vestido y a ponerme algo más cómodo

— Yo prepararé unas copas de vino — dijo Steve

*Nos dimos un beso muy corto*

Fui al baño a quitarme el vestido y revise en mi maleta que Milia empacó un juego de lencería muy atrevido para esta noche y súper que mi mamá lo debió de haber comprado y ordenado para que estuviera empacado en mi maleta.
No tengo opción más que ponerme esto, comencé a arreglarme y a mentirme a mi misma para no caer en desesperación de está noche hasta que me llegó una idea a mi cabeza para poder sobrevivir.

*Saque una bolsita del polvito blanco de mi bolsa*

No tengo otra alternativa, tengo que meterme esto para poder sobrevivir está noche.

(............)

— ¿Está todo listo? — preguntó Steve desde la habitación

Yo aún en el baño guarde las cosas para que él no se enterará y salí de ahí  mirándolo con deseo.

— Todo está más que perfecto — contesté

*Steve me miró impresionado*

— Te vez increíble — dijo levantándose de la cama y acercándose a mi lo más posible

Me acaricia la mejilla y me comienza a besar, comienza a besar mi cuello después y a disfrutar el momento. Yo aún parada en ese lugar trate de aguantar el asco que me produce estar con él tanto que una lágrima salió de mi ojo derecho y la limpie rápidamente.

— Hoy será una noche diferente — dijo mirándome

— Siempre dices lo mismo y terminas haciéndome daño — respondí

— Pero ahora lo prometo, será una noche donde puedas disfrutarlo...

(……………….)
 
Una semana después

Comencé a despertar por un sonido algo extraño... Mire la ventana y aún es de noche, no supe que es lo que está pasando así que decidí levantarme para ver qué es ese ruido o que lo está provocando, pero mientras más despierto escucho unos gemidos que proviene de la sala.

*Mire el reloj*

3:00am

*Mire la cama y no está Steve*

Al abrir la puerta un poco me asome y observé como Steve y Minerva están teniendo sexo.
Nisiquiera es capas de llevársela a un motel o por lo menos a otro lado, así que decidí interrumpir.

— Con que esto es lo que has estado haciendo todas las noches que vienes tarde — dije mirándolo con odio y desagrado

*Se dejaron de besar y me miraron muy agitados*

— ¿Qué es lo que te pasa? — preguntó enojado

— Lo que me pasa es que no me dejan dormir por esos asquerosos gemidos que hacen — dije enojada — ¿No la pudiste haber llevado a otro lado?

— ¿Qué es lo que te da envidia Jennifer? — Preguntó Minerva

— ¿Envidia? — pregunté riendo — ¿Crees que tengo envidia de ver a este imbécil contigo?

— Tiene envidia de no poder experimentar lo que tu esposo me causa — contestó

— No querida... Yo no tengo envidia de absolutamente nada, más bien deberías de sentirte usada porque está contigo por la única razón de no poder estar conmigo. Así que no digas estupideces

— Entonces que te parece si te invitamos y hacemos que esta noche sea increíble para los tres — dijo Steve demasiado excitado

— Jamás voy a estar en un trío con ustedes — dije fulminando con mi mirada

Pudimos haberlo tenido todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora