Deseo

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*Vi el reloj desde mi celular y observé la fecha*

— Feliz cumpleaños — dijo Santiago mirándome

*Lo miré sorprendida*

— ¿Cómo lo sabes? — pregunté

— Dianna me lo dijo el día de la fiesta de gala

*Empece a reír un poco*

— Gracias! — dije algo apenada

*En ese momento Santiago y yo nos miramos volviendo a tener esa conexión y deseo*

— Creo que es mejor que nos vayamos a dormir... Tomamos demasiado — dije cortando el momento

— Sí, tienes razón — dijo levantándose del sofá al igual que yo

*Nos levantamos del sofá y comenzamos a ir a nuestros cuartos*

— Descansa y linda noche cumpleañera — dijo con una ligera sonrisa

*Entre al cuarto y empecé a escuchar que comenzó a llover algo fuerte*

Espero que la lluvia me deje dormir ya que hay algunos truenos y siendo sincera a mí me dan mucho miedo.

2:00am

La lluvia no me deja dormir así que decido levantarme un poco para poder bajar a la cocina a tomar un vaso de leche, pero antes me dió curiosidad ver a Santiago dormir.

*Entre a su habitación*

Me acerque un poco para verlo dormir y en ese momento me quedé admirandolo.
¿Que es lo que me pasa contigo? —  me pregunté a mi misma — Cómo es posible que en tan poco tiempo me hayas llenado de una confianza inmensa para contarte sobre la razón por la cual decidí fingir mi muerte en Atlanta ¿Qué es lo que siento por ti? ¿Será cariño, afecto o algo que simplemente me estoy imaginando?. Aún no tengo la respuesta para todo eso.

*Salgo del cuarto con cuidado y entré a la cocina*

Estoy sirviendo me un vaso con agua y tratando de relajarme por los truenos que están escuchándose demasiado fuertes pero en ese instante alguien entra a la cocina

— ¿Qué haces despierto? — pregunté curiosa

— Lo mismo debo de preguntar — dijo riendo un poco

— No puedo dormir por la lluvia — dije — Aparte me desperté con un dolor de cabeza y decidí venir por agua

— A mí me dió sed — dijo sirviéndose un vaso con agua — Te dan miedo los truenos ¿Verdad?— dijo riendo un poco

— Claro que no — dije rodando los ojos

— No te creo

*Nos empezamos a acercar un poco más*

— No le tengo miedo a nada

— Tampoco te creo eso — dijo más cerca de mi

— Haz una prueba, te reto — dije desafiando

Santiago miró un poco a la puerta de la cocina para que yo me distraiga y en ese instante me jala de la cintura con su mano para poder estar completamente juntos. Estamos a nada de darnos un beso.

— ¿Segura que no le tienes miedo a nada? — dijo susurrando mientras cada uno está mirando los labios del otro y jugando en mantener la tensión para no besarnos ya que estamos a dos centímetros de conectarse.

*Negué con la cabeza*

Estoy demasiado nerviosa, él me pone demasiado nerviosa.

— Quiero besarte — dijo

*Nos miramos a los ojos*

— Quiero hacerte mía — dijo metiendo poco a poco su mano en mi espalda abajo de la blusa

*Me separé en ese momento ya que me sentí extraña*

*Salí de la cocina y empecé a subir las escaleras*

— Celeste — dijo tratando de detenerme

*No di repuesta*

— Celeste — dijo una ves más en el corredor dónde se encuentran nuestros cuartos.

*Lo mire*

—¿Qué quieres? — pregunté fastidiada

— Perdóname, no debí de tocarte así — dijo arrepentido

*Comencé a enojarme*

Pero no por lo que hizo si no por las ganas que tengo de estar con él. Estoy harta de sentir está conección con él y que me haga sentir increíble pero sigo con miedo.

*Me acerque a él*

— Es que yo...

*Se escuchó un trueno y me asusté, por ende abrace a Santiago por inercia*

— Creo que no podrás estar viva está noche por la lluvia — dijo mirándome

*Nos separamos*

— ¿Quieres dormir en mi cuarto? Prometo no hacer nada de lo que acaba de pasar — dijo arrepentido

*Lo empecé a pensar y volvió a sonar un trueno que hizo que me convenciera*

— Está bien... Pero solo hasta que deje de llover — contesté

— Trato echo — dijo

*Pasamos a su habitación*

Empezamos a acomodarnos en la cama y taparnos con la colcha para poder dormirnos. Nos estamos viendo frente a frente a unas distancia considerable, no muy lejos pero tampoco muy cerca.

— Descansa — dijo cerrando los ojos

— Igual — dije cerrando los ojos

Pero después de unos segundos los abrimos al mismo tiempo él y yo

— ¿Acaso me estás espiando? — preguntó susurrando

— Lo mismo te pregunto — dije curiosa

*Nos quedamos callados*

Sabíamos que no queríamos dormir, solo queremos vernos.

Me levanté de la cama y decidí irme a la puerta pero al intentar abrirla Santiago se levanta rápido y la intenta detener con su mano. Me recargue en ella evitando verlo pero es inútil.

— No te vayas — dijo en voz baja

— No debo de estar aquí — dije desviando su mirada

— Se que no es lo que quieres — dijo — Se que dentro de nosotros quiere que esto suceda

*Lo volví a mirar*

Mi respiración me está delatando, cada vez se está incrementando más al igual que la de él.

Santiago empieza a acariciar mi mejilla derecha y con la otra me rodea de la cintura para acercarnos más y estar cuerpo a cuerpo.

— Esto está mal — dije insegura

— Te deseo, te deseo tanto — dijo susurrando.

Pudimos haberlo tenido todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora