Capítulo XX

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Al despertar a la mañana siguiente, Carla sintió su cabeza como un bombo, su frente latía

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Al despertar a la mañana siguiente, Carla sintió su cabeza como un bombo, su frente latía. No recordaba cómo había llegado hasta su cama y al girarse vio a Laura durmiendo al lado de ella. Se levantó y fue hasta el baño. Recordó el beso con Marcos mientras se sentaba en el inodoro. Paso su mano sobre sus labios, se sentía mal por ese beso. Todo iba tan bien entre ellos, no quería arruinarlo. Pero le había encantado. No recordaba que nadie la haya besado de esa forma, ni que le hiciera sentir tantas cosas con tan solo un beso. No sabría cómo mirarlo, «voy a hacer como si no pasó nada», pensó mientras tiraba la cadena. Ponerse a hablar sobre el beso sería incómodo. Luego de lavarse las manos y cepillarse los dientes, trató sin mucho éxito de despertar a su amiga.

—Laura, Laura —la llamó moviéndola.

—¿Eh? —contestó Laura tapándose bajo las sábanas.

—Dale, Laura, estamos tarde, levantáte.

—Mejor no vamos...

—No, si vamos... dale que si nos apuramos llegamos a la segunda clase.

—Anda yendo. —Se tapó con las sabanas.

—Dale, amiga que te quiero contar que anoche me bese con Marcos.

—¿Qué? —exclamó Laura sentándose de un solo movimiento.

—Sabía que tenía que decir para despertarte, sos tremenda —contesto Carla riendo y tirándole una remera para que se cambie—. Hablando de anoche, ¿Me podés decir cómo llegamos hasta el piso que no me acuerdo?

—Estabas muy borracha, tanto que te caías. Marcos me ayudó a traerte hasta la habitación —contó Laura mientras se vestía—. No me cambiés de tema, ¿Cómo es eso que se besaron? ¿Hablabas de verdad?

—Eso, que la cagué, nos besamos...

—Pero si se van a casar, que mejor que se casen de verdad.

—No es de verdad, Laura. ¡Por dios! —siguió Carla mientras también se vestía—. Lo conozco hace un mes. Además, Marcos no cree en el matrimonio. Nunca se casaría. Si se mezclan las cosas capaz se arruina todo y no quiere casarse... No quiero que eso pase.

—Bueno, fue solo un beso... Tampoco es para tanto, Carla. Además, no sabés cómo se pueden dar las cosas. Se nota de lejos que a él le gustás y a vos también te gusta.

—Dale, que no llegamos —contestó Carla dejando la habitación. Negó con la cabeza y trató de evadir el tema. No quería ilusionarse con las palabras de su amiga. ¿De verdad se notaba que Marcos estaba atraído por ella? Que a ella le gustaba, ya no podía negarlo. Claro que no lo iba a admitir en voz alta, pero en su fuero interno, Marcos le gustaba desde que abrió la puerta de su casa el día que rescató a Mishuri.

Intentó no obsesionarse con sus pensamientos y olvidar el beso, aunque sabía que sería algo muy difícil. Puso la pava para tomar dos mates antes de salir. Y dio de comer a su gato. Lo notaba medio decaído.

El gato de mi vecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora