Sharon Wayne era una joven con muchos problemas en su hogar. Su padre era alcohólico, y su madre, una víctima de los maltratos, que la jovencita siempre tenía que presenciar. Sharon se hallaba en el metro en compañía de su madre. Escuchaba música con sus audífonos, mientras esperaba la llegada a su estación en Grand Central-Calle 42.
Ella era una chica caucásica de 12 años, de cabellera amarilla y ojos grises. No tenía buena reputación en el colegio por sus abusos a algunos estudiantes.
Minutos después, su madre: Elizabeth Portman, le quitó los audífonos bruscamente.
—Vas a quedar sorda, Sharon.
—¡Déjame en paz!
—No te colocarás esas cosas de nuevo. Vamos a hablar como dos personas civilizadas.
Sharon sonrió irónicamente.
—¿Así como conversas con papá?
—Sharon, por favor...
—¿Por un momento puedes dejar de fingir que eres buena en esto de ser madre?
Elizabeth bajó la cabeza.
—Solo quería pasar tiempo contigo antes de llegar a casa.
Sharon suspiró.
—Está bien. ¿De qué quieres hablar?
—No vas a querer hablar sobre ese tema.
—¿De lo sucedido con Margaret? Estoy segura que es eso.
—Sí, es muy extraño, ¿no te parece?
—Me parece más extraño que estemos hablando sobre ese tema. Eso ya es problema de la policía y sus familiares. Bueno... su padre.
—¿Cómo puedes expresarte de esa manera, Sharon? Se trata de tu compañera.
—Ex compañera. Sabes que no nos llevábamos muy bien. Ella intentó golpearme.
—Igual era una persona, Sharon. Una jovencita como tú. No quisiera estar en los zapatos de su padre en este momento.
—¿Para esto me quitaste los audífonos?
—Sharon; yo no te inculqué...
—¿QUÉ MAMÁ? NO PUEDES HABLAR DE LO QUE ME INCULCARON TÚ Y PAPÁ.
Las demás personas que viajaban en el vagón comenzaron a verlas.
—Te están escuchando todos, Sharon.
—NO ME IMPORTA. JAMÁS TENDRÁS EL DERECHO DE DECIRME CÓMO EXPRESARME, CUANDO NUESTRO HOGAR ES UN INFIERNO. OJALÁ PUDIERA DESAPARECER.
—Aquí tienes tus audífonos, Sharon —dijo su madre, con sus ojos inundados en lágrimas.
—¡Gracias!
De pronto, las luces del metro se apagaron por completo y en las ventanas comenzó a formarse el símbolo de los círculos. Era como si alguien lo creaba con su aliento.
—¿Qué está ocurriendo? —preguntó Sharon.
Las luces empezaron a encenderse, vagón por vagón, y Sharon notó que se hallaba completamente sola.
—¿Mamá? ¿Dónde están todos? —dijo, levantándose de su asiento.
Luego, al final de uno de los vagones, apareció el cadáver de Margaret fusionado con su sombra. Sonreía mórbidamente.
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La Sombra de Margaret
Mystery / ThrillerUna jovencita de 12 años de edad de nombre: Margaret Williams, es víctima de un extraño suceso que provoca estragos en Manhattan, posterior a su deceso luego de caer desde el décimo piso de un reconocido Hotel de Central Park. La ausencia de lesione...