5. Hogar, Triste Hogar

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Los cuatro se trasladaban en la camioneta de Anne hacia el Edificio West de Central Park. Martin tenía entre sus manos la Daga, y palpaba cuidadosamente la reliquia mientras pensaba en lo que estaba a punto de hacer. Después de todo lo que había ocurrido, parecía haber llegado el momento que él tanto temía; pero sabía que era la única manera de eliminar a esa Sombra maligna y que finalmente el cuerpo de Margaret quedara libre.

—Detective... —dijo Martin.

—¿Si, Williams?

—¿Sabe algo de Montreal?

—Desde luego. Está estable, pero en Terapia Intensiva. Su familia y el Oficial Davis se encuentran en el Hospital.

—Es bueno saberlo. Me siento culpable por lo que le sucedió.

—No debes sentir culpa, Martin. Tú estabas en una celda. Esa Sombra ya ha fastidiado a muchos.

—Me enteré de que lo hirieron; pero no sabía que era grave —dijo Molly—. Tampoco que había sido esa cosa.

—Estuvo cerca de ser más grave. Casi perforan una arteria. Creo que no contaremos con su apoyo por algún tiempo.

—¿Y usted? —preguntó Molly, dirigiéndose a Aurore.

—¿Yo qué?

—¿Estuvo en la Delegación durante el ataque a Montreal?

—Sí, pero eso sucedió abajo. Presencié algo que aún me mantiene sorprendida.

—¿Qué presenció?

—Vi como la Sombra acababa con la vida de la madre de Margaret.

—¿Qué...?

—Como escuchó. La Sombra la mató. La volvió cenizas.

Molly suspiró y se recostó sobre el asiento.

—Cooper, sé que ya conoce algunas cosas sobre lo que ocurre; es su labor. Pero esta Sombra ha estado vengándose de las personas que le hicieron daño a Margaret en vida. Montreal estuvo comentándome sobre estos casos.

—Entonces... Martin estaría a salvo. ¿O me equivoco?

—Es posible —dijo Aurore—. La Sombra es una entidad vengativa; pero no podemos asegurar nada. Igual hirió al Detective Monreal y derrumbó ese helicóptero, matando a cientos. Aparte, lo que le hizo a la Conductora del Canal 4; fue horrible.

—También asesinó al Forense.

—¿A Wells? —preguntó Anne.

—Sí. Ella apareció poco después de que él me entregara la Daga. Se lo llevó, y yo tuve que huir.

—¡Es una Maldita! —exclamó Anne, golpeando el volante.

—También a los que se atraviesan en su camino, entonces —dijo Molly—. Pero Martin es el padre de Margaret, y hasta ahora continúa vivo.

—Por eso dije: "es posible". Esperemos que así sea.

—Ya llegamos —dijo Anne.

El Edificio estaba rodeado por muchas personas. El refuerzo que solicitó Anne se hallaba custodiando el perímetro. Anne comenzó a sonar la bocina para que los que interferían su paso se apartaran.

—¿De dónde demonios salieron tantas personas? —preguntó Anne.

El Edificio tenía el símbolo de los círculos grabado con sangre en todos sus lados. Esta se derramaba hasta llegar al suelo.

La Sombra de MargaretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora