La Sombra de Margaret

(CAPÍTULO 1) UN EXTRAÑO ACONTECIMIENTO

17 de Abril de 2016

Delegación de New York

Martin se encontraba en una Sala de Interrogatorios. Estaba indignado. Lo único que deseaba, era ver el cuerpo de su hija para darle un último abrazo. Sin embargo, él era el único sospechoso del deceso, mientras no existieran pruebas que demostraran lo contrario.

Luego de unos minutos de espera, a la sala llegó el Detective: Marcel Montreal, a quien sus compañeros apodaban: "Doble M"; un hombre de baja estatura, robusto y sin cabello. Montreal era el mejor de su Delegación. Nada se le escapaba, gracias a su manera perspicaz de registrar los casos.

—Así que usted es Martin Williams —dijo Marcel.

—Me habla como si todo el mundo me conociera.

—A usted, no muchos. A su hija sí. De verdad lamento lo que le sucedió. Yo soy el Detective Marcel Montreal.

—No lo lamente. Lo que debería hacerlo sentir mal, es el hecho de tenerme aquí mientras el cuerpo de mi hija está en un Hospital.

—De eso se trata, Martin... Hábleme de la relación que llevaba con su hija.

—¿Qué tipo de relación puede llevar un padre con su hija?

—Me refiero si tenían algunos problemas. Digo... como padre e hija.

—Margaret y yo somos... éramos muy unidos. Jamás nos separamos desde... —Martin suspiro muy fuerte.

—¿Desde que su esposa los abandonó?

—¿Cómo lo sabe?

—Ese es mi trabajo. Jamás me atrevería a interrogar a alguien sin detenerme a observar su pasado.

—Fue rápido, tomando en cuenta que no han pasado muchas horas.

—¡Sí!, es una particularidad —dijo Marcel de manera arrogante—. ¿Dónde se encontraba la noche de la tragedia?

—Usted debería saberlo. Si está consciente de algo que pasó hace casi once años, es probable que así sea.

—¡Quiero escucharlo de usted!

—Estaba en el bar, mientras mi hija dormía. ¡Es todo!, no tengo nada más.

—¿Acaso sabía que no es seguro dejar a los niños solos?

—Mi hija es... era una niña muy inteligente, astuta, y...

—Jamás se arrojaría de un piso 10, ¿o me equivoco?

—No se equivoca. Jamás lo haría.

Hubo un minuto de silencio, mientras a Martin se le escapaban algunas lágrimas.

—¿Qué cree que sucedió entonces?

—...estoy muy confundido. No logro asimilarlo aún.

—Lo sé; pero debe decirme todo. Así nos ayudará a descifrar la verdad. Sé que es Jefe de Seguridad del Hotel Campbell. Así que su estadía en ese lugar no me parece algo raro.

—Ok. Yo estaba... ¡maldición! Estaba con una prostituta en otra habitación.

—Una que conoció en el bar...

—Usted sabe mucho más de esa noche que yo.

—Le dije que necesito escucharlo de usted. Es mucho más simple comprender. Créame, sé solo lo necesario; no los detalles.