07. Cut

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Siempre me ha gustado mucho el azul.

No es mi color favorito, pero es un color agradable. Así se vea reflejado en un rayo o en un mar muy turbulento, siempre te deja esa sensación de tranquilidad y serenidad.

"Tranquilidad y serenidad" dos de las cualidades que no siempre se me atribuyen, pero que siempre es bueno tener un poco. Lo necesito.

Ya han pasado dos meses desde esa noche que todo el equilibrio que llevaba se fuera al demonio. Parte de mí se siente avergonzada de haber tenido que destrozar todo mi departamento para recuperar un poco de estabilidad, pero creo que era necesario.

Luego de eso, me dediqué a dormir y a mantener la cabeza ocupada. Las compras de nuevos muebles fueron también de mucha ayuda, y finalmente puedo decir que ya me estoy sintiendo yo misma de nuevo.

Venir a esta galería en Insadong ha sido también una excelente idea. Por supuesto no mía, las últimas que he tenido recientemente tratan sobre como llenar todo de rojo y carmesí.

Y no necesito rojo y carmesí ahora. Son colores muy fuertes, muy intensos, muy pasionales... y aún no me siento lista para ese color.

No, el azul está bien. Quiero azul por un buen tiempo.

– Es un cuadro muy bonito.

Suspiro, ya sin sorprenderme. No necesito ni siquiera mirarla para saber que es ella. Podría reconocer su voz, aunque solo fuera un susurro entre medio de la multitud.

No quiero sonar perseguida, pero he notado la enorme y recurrente casualidad de encontrarla en diversos eventos a los que he asistido recientemente.

Por más que me haya costado varias represalias por parte de Dubu y mis otros jefes, he cancelado citas y evitado lugares que tengan cierto índice de peligro de su aparición.

"Peligro".

Ese hubiera sido un buen letrero para su frente desde un principio. No importaba si era un letrero fluorescente, o con luces o de colores destellantes. Un simple pintalabios color rojo hubiera bastado para escribir en su cuerpo la advertencia.

Giro mi cabeza finalmente para verla. Ahora su cabello ya no es rubio, es de un lindo castaño. Demonios. Aún en estas circunstancias creo que no soy capaz de mentir, ella es tan hermosa.

Se encuentra allí parada con una simple remera sin mangas de una tela casi transparente en blanco con un búho dibujado en el centro en dorado, unos jeans celestes claros y unas botas cortas de color negro, del mismo color que su bolso.

Aún no entiendo como hacen ese tipo de personas para vestirse tan bien en ropa tan simple. Tampoco me parece lo indicado para venir a una galería como esta. Es la apertura y es algo exclusivo, entiendo que por su nombre la hayan dejado pasar sin más. Da la impresión que acabara de decidirlo.

Y quizás sea así.

– Lo es – contesto finalmente volviendo a mirar el cuadro que admiraba desde que entré a esta sala de la galería.

– ¿Te gustan los caballos? – me pregunta y puedo notar cierto aire titubeante en su hablar, muy contrastante a su habitual forma de ser.

Ahora más que antes, me parece que no solo acaba de decidir asistir a la exposición, sino que vino sin ni siquiera decírmelo realmente, no lo pensó bien. Está aquí por mí.

– Me gusta el azul – contesto de forma calmada, aún con mi atención al frente.

El cuadro que vemos tiene un hermoso caballo dibujado en tonos azules oscuros con un fondo blanco manchado por todos lados de la misma tinta que lo delimita.

𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora