30. Something I Need

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Para bien o para mal... Sana siguió mi consejo.

Y esa es la única razón por la que me encuentro en una tienda de ropa de segunda mano.

¡Este lugar es enorme!

Quiero que se imaginen el laberinto más grande donde han estado. ¿Listo? Ahora pónganlo a la décima potencia. ¿Son malos en matemáticas? Yo también, así que basta con que les diga que ¡es simplemente enorme!

Sabía que existían estos lugares pero nunca he estado en uno, y como nadie espera que una celebridad se pasee por estos lados, prácticamente estamos con los demás "mortales" y nadie viene a besarte los pies.

Ese es un punto importante para este lugar. Casi que me siento "común y corriente". No es una sensación. No es una sensación que me guste o que me sienta identificada con ella, pero se siente de alguna manera relajante.

– ¿De verdad? ¿Nunca? – me pregunta Sana haciendo que mi vista de uno de los enromes estantes de ropa vuelva a donde me encuentro.

– Nunca – le aseguro asintiendo, estoy sorprendida, realmente.

– Aww, tu primera vez en un Thrift shop. Como la canción de Macklemore.

– Sí, Shiba, conozco la canción.

– ¿Y no viste el video?

– ¡Sí! Pero nunca me imaginé que estos lugares fueran tan... – me tomo el tiempo para inspeccionar nuevamente – Inmensos.

– Este es el más grande de la ciudad – comenta alegre, encaminándose delante mío como si fuera la guía de un museo.

Solo que en este museo todo se vende por unos pocos wons, y huele a naftalina. Lo juro, polilla que se mete aquí, polilla que muere.

– ¿Vienes seguido?

– Más o menos, siempre que tengo algún tiempo de toda, ya sabes, mi agenda.

– ¿Y por qué? – ni siquiera estoy haciendo el esfuerzo de esconder mi desconcierto – Es decir, las marcas de ropa nos pagan para usar sus productos, ¡nos pagan! Ellos a nosotros. Y cuando somos nosotros los interesados en comprar ¡cierran la tienda para que podamos elegir con comodidad! – agrego esto porque más de una vez, desde que entramos aquí, he recibido uno que otro empujón de alguna señora. El lugar es enorme, lo hacen a propósito.

– Lo sé, lo sé. ¿Pero no te cansas a veces?

– Emmmm ¿No?

– ¡Vamos! Siempre es lo mismo. Lo último de lo último en moda a veces es... lo mismo de siempre. Y no me malentiendas, adoro la moda.

– Algunos dirían lo contrario.

– Y porque adoro la moda me gusta venir a sus raíces. Lo antiguo, lo que todos olvidan pero que era lo mejor en su época. ¿Ves? – me pregunta sacando una percha con una remera negra gastada con un estampado de una foto de New York donde se pueden ver las Torres Gemelas.

– ¿Qué es lo que estoy tratando de ver?

– ¿No adoras esta remera?

– ¿Escupe café por la mañana? – indago cruzándome de brazos.

– Nop.

– Entonces no.

– ¡Eres artista! No me digas que no puedes ver el arte aquí – dice poniendo esa prenda en un canasto que viene cargando desde que entramos y vuelve a encaminarse.

– Shiba – la llamo siguiéndola – Créeme que entiendo eso de que el arte está en todas las expresiones y que la forma de vestir también lo es. Sí lo entiendo, solo es que no me "encanta".

𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora