23. A Thousand Years (Parte 1)

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Falta menos de una hora para la cena con Sana, y yo estoy aquí... viendo como la pantalla de mi celular se enciende y vibra solo 4 segundos antes de apagarse y volver a encenderse luego de unos minutos para repetir la misma acción que vengo observando hace media hora.

Al parecer alguien no se decide a hablar conmigo y solo atina a marcarme antes de arrepentirse.

Ese alguien no pone el bloqueo de registro de llamada, así que...

¿Qué pasa ahora Shiba?

¿Se te cayó el celular en el escusado y anda mal? ¿Me marca a mí solo para cortar antes de que pueda atender? ¿Cada 10 minutos más o menos? ¿Solo a mí?

Mi ceja se arquea al ver que la pantalla se vuelve a encender y sí, nuevamente es una llamada de Sana, pero la misma se corta en un par de segundos.

Esta mujer...

Tomo mi celular entre mis dedos y marco su número. Mejor darle un pequeño empujón.

El tono de espera se me hace eterno, y justo cuando creo que ya va a entrar al correo de voz, soy atendida.

– ... ¿Hola?

– Hey... ¿Hay algo que deba saber? – pregunto, vamos al grano.

– ¿Qué? No, no.

– Okey... ¿Y por qué me llamas y cortas antes de que pueda atender?

– Es que... no tengo buena señal aquí, el servicio se corta.

– Ya veo. Bueno, ahora te escucho bien. ¿En qué puedo ayudarte?

– Ammm... en nada, es solo que tengo un problema, y... – comienza a decir pero algo me dice que ya sé lo que viene. Lo pensé desde la primera llamada perdida y estoy preparada – Bueno, no creo que pueda ir a cenar hoy. Surgió algo y... no podré.

– Oh, está bien. Descuida, es una pena.

– Sí, la verdad es que...

– Le diré a Tae que cenemos juntos entonces – la corto y no recibo una respuesta del otro lado – Ojalá te vaya bien con ese "compromiso".

– Gracias...

– Sí, cuídate. Adiós – termino la llamada con buen tono y sin preocupaciones.

Dejo el celular nuevamente en mi mesita de luz y me siento en la cama, observándolo.

Un minuto. Ese es el tiempo exacto que pasa hasta que mi celular comienza a vibrar de nuevo, pero antes de que logre atenderlo se corta la llamada.

¿Es enserio?

Me cruzo de brazos mientras le doy una nueva mirada, paciente.

El aparato vuelve a sonar, pero esta vez no se detiene.

Parece que ahora si quiere hablar conmigo.

– ¿Diga?

– ¡TzuTzu! – me saluda – Verás, acabo de mover ese compromiso, y si... ammm... es decir, si todavía puedes, yo también puedo... cenar hoy... esta noche.

Quiero un espejo para ver mi cara en estos momentos. Totalmente escéptica.

– Claro, todavía puedo. Te espero.

– Bien, sí.

– Okey, adiós – y corto nuevamente antes de darle oportunidad de que se retracte. 

Me pongo de pie y me dirijo al baño, pero no logro poner la mano en el pomo cuando escucho mi celular nuevamente.

Con un enorme suspiro me fijo y no me sorprendo que sea nuevamente ella.

𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora