– ... De acuerdo... ¿Shiba?... Shiba, por favor llámame...
Bien, supongo que no esperaban de mí esas palabras tan pronto, yo tampoco. Hace una semana, cuando ambas nos dijimos de todo, pensé que había terminado con ella para siempre, pero...
– Shiba... por favor, cuando recibas este mensaje llámame. Sé que nos dijimos cosas y... Solo llámame, ¿quieres?
Vuelvo a colgar y le doy una mirada pesada a mi nuevo celular.
Recuerdo que los primeros días no paraba de mandarle mensajes ofensivos y amenazadores exigiendo que me devolviera el celular. Ella contestó algunos diciendo simplemente "No".
Realmente temía cual pudiera ser su venganza. En ese teléfono tengo todos mis contactos, mis representantes, gente importante de mis firmas, del medio. ¡Todo! Y otras cosas que no quiero que vea...
Maldita la hora en la que no le puse contraseña a todo, ¡pero es mi celular! Todo el mundo sabe que si tocan mi celular pierden la mano. Solo tiene una estúpida contraseña de patrones en la pantalla... y Sana tiene un amigo que hackeó todo el wifi de su ciudad con una estúpida tablet.
Pero eso me importó los primeros días. Quería mi celular de vuelta conmigo y no dudé en exigirlo de todas las formas que conozco, y aún así el cuarto día Dahyun me compró otro y sé encargó de que los asuntos que me preocupaban no se hicieran realidad.
No conseguí mi teléfono y me recomendaron darlo por muerto, pero tiene cosas personales.
Mi vista pasa de mi nuevo teléfono a la pantalla del televisor, y ahí me topo con la nueva razón del repentino cambio de "Devuélveme ahora mi celular o te juro que hundiré tu carrera más de lo que ya está" a "Por favor Shiba, llámame".
Bien, como decía... el quinto día, ya con celular nuevo intentando recuperar algunos de mis contactos y acostumbrándome a las sutiles diferencias de este, tenía asimilado que no quería nada más con Sana, y si un estúpido celular era "algo" entonces ya no lo quería tampoco... y me desprendí de mi celular. A regañadientes, pero me despedí.
El sexto día... normal, sentí dolor en algunos lugares de mi ser y bronca por el tiempo que perdí en alguien que no lo valía.
Y llegamos al séptimo día... hoy.
Me levanté tarde porque no pude dormir bien, hubiera seguido dormida de no ser por el mensaje de Dahyun. Me dijo que tenía algo que "ella pensaba" que era importante que vea, pero que "no sabía" si debía verlo.
Automáticamente pregunté si se trababa de Sana, y al recibir la afirmativa, le colgué. A la media hora volvió a llamarme y dejé en claro que no me interesaba, sin dejarla hablar, y cortando de nuevo.
Pero pasando un poco más de una hora, la hija de mami entró a mi departamento sin mi permiso y me reprendió por seguir en la cama.
No la mordí por amor a lo calientita y cómoda que estaba en mi acolchado, pero le gruñí.
No importa, vayamos al punto.
Sacó un pendrive y lo conectó a mi reproductor, un show comenzó a correr por la pantalla. Lo reconocí a los pocos minutos.
"Cenando con Thomas"
Me viven invitando a ese programa y Dubu vive cancelando esa invitación.
No sé por qué, a mí me encantaría ir a ese programa y darle una patada bien dada en sus... quiero decir, Thomas me cae mal.
Es el tipo de programa que critica mucho a las celebridades que le conviene criticar. Agranda a la lacra del medio y hunde a quienes ellos no les parecen lo suficientemente divertidos.
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𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzu
Fanfiction¡Por Dios! ¡Esto es insoportable! Detesto a la estrellita mimada del Pop, todo de ella es tan irritante. Y me desteto a mí por no saber como sacármela de la cabeza. ¿Cómo fue que sucedió esto? ¿Y hacia dónde me estoy dirigiendo ahora? No, claro que...