10. Make Me Wanna Die

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Suelo dejar de moverme.

Mi mano estira mi cara mientras cierro los ojos e intento que el muy divertido tambaleo deje de afectarme.

Debo conseguir un taxi, solo debo llegar a la calle y pedir un taxi. Es todo, no es tan difícil.

Y ya que estamos aquí, también alejarme rápidamente de la puerta de entrada antes que mi acosadora personal salga a buscarme.

Logro caminar y creo que lo estoy haciendo bien, o por lo menos con los pies. Veo la calle, debo cruzar la calle... ¿Debo cruzar la calle?

¿En qué dirección queda el hotel?

Voy a matar a Tae.

– ¡Señorita!

Alguien me toma del brazo con fuerza y me tira hacia atrás al tiempo que un auto toca su bocina y pasa cerca mío.

– Diablos... – maldigo llevándome nuevamente la mano a la cara.

– ¿Se encuentra bien?

Miro a quien me habla y es un hombre bastante alto y musculoso, de tez muy oscura, puedo leer "seguridad" en letras blancas sobre la remera negra que lleva.

– Sí... solo estoy confundida.

– Ya lo creo ¿Por qué mejor no se sienta aquí? Le pediré un taxi – me propone amablemente y yo asiento.

Me lleva hasta una de las paredes exteriores del club donde hay un relieve, puedo apoyarme allí.

El sujeto me mira a la cara y sonríe, seguro mi rostro de ebria le causa gracia.

– Descuide señorita, buscaré un taxi. Quédese aquí – por respuesta a eso, sonrió.

Olvidé lo amables que suelen ser la gente de Gyeonggi... supongo que algo de suerte tengo.

Le mandaré un mensaje a Tae para que me pase la dirección del hotel, me está empezando a dar frío, no hacía tanto cuando salí. ¿Que hora será? La noche sigue oscura aún.

Meto mi mano en el bolsillo trasero de mi jean, pero no encuentro el celular. Mis ojos se abren enormemente mientras siento que me congelo, con temor meto mi mano en el otro bolsillo... nada.

– ¡Maldita la hora... ! – me muerdo el labio para no seguir. Debo calmarme, quizás lo tengo. ¿Dónde? Vamos... es un jean elastizado y un corset lo que llevo... ¿A dónde? ¿En el zapato? ¿En la oreja como si fuera un lápiz?

Es obvio que no lo tengo.

Bien. ¿Qué sigue a no tener el celular que no sea entrar en pánico y ponerse a llorar?

Buscarlo.

Me apoyo en la pared y me reincorporo, miro hacia atrás, a la izquierda donde está la entrada del club y comienzo a caminar.

No es hasta que la puerta se abre y puedo ver a una chica salir de allí que vuelvo rápidamente caminando hacia atrás y escondiéndome detrás de unas palmeritas ornamentales del lugar.

Shiba acaba de salir precipitadamente, y ahora está quieta en su lugar mirando por todos lados, está buscando.

Mucho me temo que buscando"me". Era obvio, claro que saldría a buscarme.

¿Qué falta? ¿Qué aparezcan unos paparazzis y me saquen fotos en este estado?

No debí pensar eso... eso sería terrible, Dubu me mataría.

Puedo contemplarla desde aquí, quizás se cansa y se va si no me ve. Ahora parece más desanimada y baja la cabeza, su sonrisa ya no está más.

¿De verdad lamentará no poder hablar conmigo?... ¿O quizás realmente le molesta no poder quedar con alguien en la cama?

𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora