– Dios, eso fue insoportable – me digo a mí misma luego de escuchar la puerta cerrarse detrás de mí.
Me doy la vuelta y Jin, mi guardaespaldas, me sonríe con simpatía. Él, como buen amigo, sabe lo mucho que detesto trabajar con estrellas mimadas, más aún hablando de ella, "La Gran Sana" como ahora los medios la llamaban.
¿Quién hubiera pensado que cambiaría tanto?
Lo que seguro no cambió para nada, es mi sentimiento hacia ella. Como la detesto, es insoportable.
Estaba agradecida de no tener que cruzármela en el camino a la fama. Ambas, aunque en el espectáculo, triunfamos por ramas diferentes, ella con sus fieles seguidores de un pop meloso y sin mucha profundidad, y bueno, yo en lo mío. Claro que yo triunfaría, soy la mejor en lo que hago después de todo ¿quién podría competir conmigo? Nadie...quizás si haya algo que tenemos en común, la soberbia.
Pero la de ella es tan poco, no sé, grata. La prensa amarillista y varios programas de chismentos haciéndole quizás, más publicidad a sus intimidades y chismes, que a su música. Y ella allí, feliz de tener algo de que hablar o comentar en Twitter, Instagram o demás redes. Siempre acotando lo mucho que ama a sus fans.
¡Por dios! Como detesto a esas celebridades. Sí, celebridades, porque eso es lo que era "La Gran Sana".
Todavía no puedo creer que mi manager haya accedido a la idea de hacer un video juntas. Bueno, ni siquiera era un video musical o algún anuncio. Solo se trataba de nosotras dos, frente a una cámara, sentadas, una a la par de la otra, y hablábamos sobre como el acoso escolar estaba mal. Simple campaña contra el bullying.
Ambas éramos famosas y se sabía parte de nuestros pasados, así que ¿por qué no? Hablemos de ello de una forma que puede servirle al mundo.
Dios, debo matar a mi manager.
Gracias al cielo solo fueron un par de horas. Un par de horas en fingir que me caía bien y sostener una charla artificial para mí, donde demostraba lo madura que me había vuelto, fingiendo interés por quiénes me hablaban y pretendiendo que con "Sana" nos llevábamos bien.
Yo pretendía, yo fingía, yo simulaba, pero...¿y ella?
¡Ella sonreía todo el tiempo!
¡No soportaba esa sonrisa!
¿Es la misma sonrisa que veía en la televisión o la que mostraba cuando ninguna cámara la enfocaba? No lo sabía. Lo que sí sabía era con qué clase de celebridad estaba tratando y ya. Y era el tipo de celebridades que no me agradaban, así que solo fingir estaba bien por mí.
Ese par de horas se me hicieron eternas, pero ya había acabado. Me despedí cordial de todos...y de ella. Un amistoso apretón de mano, me dijo algunas palabras de aliento con mis nuevos proyectos, como si las necesitara, y con esa enorme sonrisa, que no se le había despegado de la cara, me despidió.
Inclusive tuve la sensación que intentó acercarse para darme un amistoso beso de despedida en la mejilla.
No se lo permití. En algunas entrevistas que alcancé a ver de ella, vi ese tipo de saludo. Me asqueaba de solo recordar esos famosos dos besos que daba "La Gran Sana" en cada mejilla.
Que sepa que soy diferente.
Subí finalmente al elevador. Jin todavía no había llegado, se había disculpado a mitad del pasillo, así que hice que el aparato lo esperara. Gran error.
Estaba revisando unos mensajes en mi celular cuando noté una presencia acercándose, porque he de admitir que si en algo ha crecido, es en hacerse notar, ya sea para bien o para mal...se nota.
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𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzu
Fanfiction¡Por Dios! ¡Esto es insoportable! Detesto a la estrellita mimada del Pop, todo de ella es tan irritante. Y me desteto a mí por no saber como sacármela de la cabeza. ¿Cómo fue que sucedió esto? ¿Y hacia dónde me estoy dirigiendo ahora? No, claro que...