– Bonito lugar – comento mientras camino a la habitación del hotel en donde se hospeda la estrellita.
Desde que Woojin nos dejó, no levanté la mirada. Solo me sentía capaz de ver su fina mano que me guiaba tomando la mía hasta donde nos encontramos ahora.
Apenas llegamos, Sana me invitó a pasar cerrando la puerta detrás nuestro.
Era un lugar espacioso, una sala grande que hacía de cocina, comedor y sala de estar, y a la izquierda se encontraba la primera división en la que suponía debía estar el cuarto y el baño.
A decir verdad, no era muy diferente a las habitaciones del hotel donde me estaba hospedando.
– Gracias, mi manager lo eligió por mí, así que no puedo atribuirme el mérito – comentó al llegar a la par mía y tomándome nuevamente de la mano – El cuarto es mucho más lindo.
Me dejo guiar nuevamente por ella y, como pensé, me lleva a la izquierda, solo un pequeño pasillo hasta llegar a la puerta de su recámara.
Lo primero que noto es el enorme ventanal que posee esta, puedo ver las luces de la ciudad en lo oscuro de la noche, hace que la habitación esté algo iluminada pese a que las luces de esta están apagadas.
La cama está ubicada en el centro y tiene sábanas blancas que por el entorno parecen más bien celestes griseasas... o quizás son celeste...
– Parece que tendré que esforzarme mucho por tu atención esta noche – la escucho decir y mi vista vuelve a ella que está sentada en el borde de su cama frente mío.
Es verdad, me siento aún muy dispersa, inclusive tengo cierto embelesamiento aún por el ventanal y sus luces.
Sana es mucho más bonita que esa vista, mucho más llamativa que esa vista... pero esa vista se siente más segura.
Sé que las luces de la ciudad no me harán daño sin importar que tanto las contemple.
- Sí que te gustó el cuarto - me comenta al ver que sigo sin hacerle caso y se pone de pie pasando sus brazos por mi cuello. Ahora si me es difícil ver algo que no sea ella - ¿No hay algo en él que te interese más?
Mi mirada se pasean por su rostro, examinándola, quedándome luego en sus ojos.
La expresión que tengo no debe ser tan alegre como la que ella porta. Me siento confundida y desconfiada, así que supongo que esa expresión debo estar mostrando.
– ¿Qué? - me pregunta con gracia sin perder su sonrisa – En el auto parecías más entusiasmada.
– ¿Qué quieres de mí? – pregunto mientras examino sus ojos y pese a la seriedad con la que formulo la pregunta, ella no cambia su actitud.
– Lo mismo que tú quieres de mí... ¿No es así?
Ladeo un poco mi cabeza y ahora me siento más confundida. Parte de mí me dice que quizás mañana, cuando todo esté un poco más claro y menos borroso, turbio, sin su aliento justo pegándome debajo de la nariz y esos ojos marrones tan cerca mío luciendo adorable, sea más sencillo entender esas palabras, pero no puedo evitarlo...
– ¿Qué es lo que yo quiero de ti? – pregunto, y no sé si se lo estoy preguntando a ella o simplemente es la necesidad de responder esa pregunta en mí lo que hace que la exteriorice.
No recibo una respuesta después de eso, solo una pequeña risa de su parte.
Recuerdo que a veces, cuando algún familiar o amigo intenta hablar estando con unas copas de más, a mí también se me da por reír, me preocupa estar dando ese tipo de escenas ahora y ella se esté burlando.
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𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzu
Fanfiction¡Por Dios! ¡Esto es insoportable! Detesto a la estrellita mimada del Pop, todo de ella es tan irritante. Y me desteto a mí por no saber como sacármela de la cabeza. ¿Cómo fue que sucedió esto? ¿Y hacia dónde me estoy dirigiendo ahora? No, claro que...