Adoro cuando los salones brindan estos sofás. Como adoro tener un lugar en donde tirarme y hacer cara mala para que nadie se me acerque. Solo para mí.
¡Ay la soledad! Esa gran amiga incomprendida.
– Entiendo que no te gusten las fiestas, pero creo que deberías disimularlo un poco – me dice Tae apoyándose a un lado del sofá.
– Ya hablé y fui amable con cada maldito directivo de aquí – puntualizo porque solo recordar tanto protocolo me asquea – Y ahora ellos creen que he disfrutado tanto de su fiesta... que estoy tirada aquí de borracha.
– No tomaste nada...
– Eso no importa, nadie quiere hablar con un borracho sobre números.
– Cierto...
– Ve... caza alguna chica. Diviértete. Yo estoy bien.
– Podemos irnos si quieres – me dice pero sé que solo se hace el amable.
A diferencia de mí, Tae disfruta las fiestas de este tipo y siempre saca mayor provecho de las personas que lo rodean.
– Ve.
– De acuerdo – me dice sin más y desaparece con una sonrisa. Lo sabía.
Me reincorporo un poco en el sofá. El lugar parece una disco y la música está realmente fuerte.
Veamos... ¿Dónde está mi acosadora favorita?
¡Ahí estás!
Sana estaba hablando con una pareja, está sola y se ríe de algo que le acaban de decir. Sostiene una copa en sus manos.
Molestarla o no molestarla... ese es el dilema.
Su mirada se desvía hacia donde estoy yo. Hacemos unos segundos de contacto visual antes de que su vista vuelva a sus interlocutores.
Claro que sabe donde estoy, claro que mira aquí de vez en cuando, claro que me tiene controlada. ¡Es una maniática!
Molestarla será.
Espero a ver que se concentra más en las personas con las que habla y es cuando me muevo hacia un rincón del salón.
Varias parejas bailan y eso, más la oscuridad, me ayudan a mi cometido de esconderme.
Me acomodo hasta que puedo tener una vista desde donde está Shiba, justo al tiempo cuando ya de poner atención a quien le habla y una mueca de confusión cruza su cara al ver el sofá donde ya no me encuentro.
Veo como su mirada se mueve rápidamente entre las personas y luego como le sonríe a la pareja que aún parece querer su atención.
Me pregunto cuanto tardará en encontrarme.
Ahora parece disculparse... sip, se está disculpando y se dirige al bar, pero no para pedir algo, no. Solo está buscando.
¡Punto para Shiba! Me encontró. Su mirada ya conectó con la mía, lo sé, aunque ella ahora lo disimula mientras le pide algo al barman.
Bueno, yo tampoco se lo puse muy difícil... a ver...
Espero a que converse con el barman, lo hace. El tipo parece coquetear un poco. ¿No les da pena, a veces, las personas y como éstas pierden su tiempo?
En fin, me muevo entre las personas y me ubico a la entrada del salón, cerca de la zona de las mesas. Aquí el sonido de la música no es tan fuerte.
Busco una mesa próxima a la pista. La idea es ponérsela difícil, no imposible.
Me siento y sí, puedo ver a las personas bailando y al bar... con una japonesa nuevamente confundida.
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𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzu
Fanfiction¡Por Dios! ¡Esto es insoportable! Detesto a la estrellita mimada del Pop, todo de ella es tan irritante. Y me desteto a mí por no saber como sacármela de la cabeza. ¿Cómo fue que sucedió esto? ¿Y hacia dónde me estoy dirigiendo ahora? No, claro que...