Capítulo 27

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Narrador

—Te dije que le harías mal —reprochó Rebecka.

La mujer estaba hecha una furia y Narciso no quería echar leña al fuego por lo que guardó silencio. Ninguna de las dos se volvió a dirigir la palabra ni cuando llegó Ben. Solo esperaron a que Noah despertará.

El día que Narciso había dicho la verdad Noah tuvo un bombardeo de malos recuerdos y se desmayó, se dio en la cabeza al caer, pero no era nada grave. Despertaría.

...

Noah abrió sus ojos y al ver a su alrededor se percató de que estaba en el hospital. A su derecha estaban su madre con su hermano, y por la esquina de la habitación se encontraba Narciso para no molestar mucho.

—He tenido un sueño raro. Narciso me decía que era del país que más odio en el mundo. Destesto ese lugar, su comida, su forma de hablar, sus personas, todo lo que sale de allí lo odio.

Narciso apretó sus labios para no hablar y miró el suelo. Noah notó que parecía triste. ¿Verla llorar otra vez? No gracias.

—Deja de mirarla —sugirió Rebecka y por duro que fuera decidió decirle—. Narciso si es del país que tanto odias. Le dije que te lo ocultará porque de lo contrario no dejarías que te atendiera.

Noah frunció el rostro con confusión analizando las palabras de su madre y miró a su hermano que le asintió confirmando lo dicho.

Enojo, decepción y traición se apoderaron de él. Ni siquiera lo pensó antes de decirle a Narciso que se fuera y no volviera. Él odiaba Argentina pero... ¿Odiaría a Narciso?

...

—¡Déjame Ben! ¡Lo que teníamos se acabo! —exclamó Mariana casi gritando y corrió lejos del alcancé del chico.

Noah vio que la enfermera entraba a la habitación donde estaba y cerraba la puerta, pero lo ignoró y miró la pared para mantenerse al margen. Bastante ocupada estaba su mente con la noticia de que Narciso era de Argentina, incluso su acento era de ese país.

¿Cómo pudo salir con una chica de ese país? ¿Cómo podía ser ella tan agradable y bonita? ¿Por qué la había llegado a querer? La respuesta era una sola. Noah se fijo en Narciso sin saber de que lugar provenía. ¿Por qué no era de China, Perú, Chile, Cuba o África? Cualquier lugar estaba bien para él menos uno y justo allí nació Narciso.

—Señor Persson debo hacerle un chequeo —murmuró Mariana dejándose caer en el piso—. ¿Quiere que se lo haga ahora o más tarde?

Noah la miró y se sentó en la cama encogiéndose de hombros. Mariana entendió que le daba igual.

—¿De que país eres tú? —cuestionó Noah.

—Europa —respondió Mariana.

—¿Por qué no me enamoré de alguien más? —preguntó sin humor—. Tuve que fijarme en una chica de Argentina.

—Y yo tuve que fijarme en un chico de idiotalandia.

Noah sonrió por el comentario y se pusó de pie para ir a sentarse al lado de Mariana. Le dio una palmaditas en el hombro a modo de consuelo y Mariana suspiró.

—Cuéntame todo Mariana. Seré como un amigo de los que escuchan tus problemas amorosos y luego iremos a romperle la cara a Ben.

La enfermera sonrío y ambos comenzaron intercambiar problemas creando una bonita amistad.

Dímelo con señasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora