—No sé si elegir el vestido rojo para ponérmelo.
Al oír la voz de Mariana apague mi teléfono y me senté en la cama esperando que entrará con Narciso.
—El rojo te queda mejor —susurro otra voz apenas la oí y ya estaba seguro de que era de una argentina—. Yo me vestiré de amarillo pollito.
—Perfecto —expresó Mariana y abrió la puerta para entrar—. Buenas tardes, señor Persson.
—¿Con quién hablaban? —cuestione frunciendo mi rostro.
—Hablababamos... —dijo Mariana, pero se detuvo cuando Narciso nego.
—¿Oíste una conversación ajena? —inquirió Narciso.
—No hubieran hablado delante de mi habitación —expresé mostrándome molesto—. Oí una voz argentina. Odio todo lo que viene de ese país. ¡Lo odio!
—¿Por qué? —cuestionó Narciso.
—No es de tu incumbencia —respondí seriamente.
La doctora Flores asintió con expresión seria y salió pocos segundos pues volvió a entrar y me puso una caja sobre la esquina mi cama para volver a salir. Intrigado y confuso abrí con cuidado la caja y me quedé boquiabierto al ver una pizza dentro. ¿Podría comerla?
—Come la pizza si quieres. Puedes solo por hoy —dijo Mariana echándome agua en un vaso y busco pastillas para dármelas como lo hacía usualmente—. Primero la pizza y luego las pastillas.
Asentí viendo que la enfermera se retiraba tras haber dejabado las pastillas en la mesa. Suspiré botando las pastillas a la basura y cogí una rodaja de pizza en mis manos para comerla sintiéndome idiota por haberle contestado mal a Narciso.
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Dímelo con señas
ContoÉl se enfermó. Ella era doctora. Él era mudo. Ella sabía lenguaje de señas. Él odiaba todo lo relacionado con Argentina. Ella era de Argentina. Saga "ChicasFloresWattpad" 4