—Toma las pastillas que te recete y has reposo. Puedes volver a su casa —dije con tono educado y miré a la enfermera que me acompañaba—. Por favor termina de atender al señor Miller, yo me retiró.
Me di la vuelta y me fui hasta un lugar donde no hubiera nadie, saqué mi teléfono de mi bolsillo y sonreí buscando el chat de mi novio.
—No está conectado, me dijo que me estaría esperando —murmuré levemente molesta.
Fruncí mi rostro y le marqué a Noah hasta que oí que su teléfono daba timbre, colgué al segundo toque y volví al chat en espera de verle en línea. Él sabía que timbraba siempre para que se conectará.
—¿Por qué no se conecta? —cuestioné para mí.
Puse una mano en mi cintura y miré mi teléfono varios segundos hasta sentir un toqué en mi hombro. Al voltearme vi a mi novio y antes de que le dijera cualquier cosa me dio un beso fugaz. Luego se distanció sonriendo.
—¿Qué haces aquí? —cuestione sorprendida.
—Venir a ver a mi ocupada novia —respondió en lenguaje de señas—. Te extrañaba.
—Aw pequeño, yo también te extrañe.
—Te dije que no me gusta que me digas pequeño —reprochó y me miró mal.
—Por eso te lo digo —dije en tono bromista y le di un abrazo—. Gracias por venir. Sé que por mi trabajo no podemos pasar mucho tiempo juntos y lo siento. Muchas gracias por tu paciencia, amor mío. Por esto te amo tanto.
En ese instante dejamos de abrazarnos y él me dio otro pequeño beso para luego con sus manos decir que también me amaba y que le siguiera. Me tomó de la mano y me hizo seguirle y subir cinco plantas por las escaleras hasta arriba del edificio. Al llegar nos paramos en medio y él me miró a los ojos.
—Pensé en operarme para hablar.
—¿Te preocupa la operación? —indagué y él nego.
—Me adapte a vivir sin hablar, me da miedo el no poder controlar mis palabras. Me preocupa enojarme y gritar o alzar la voz.
—Gritar es una cosa que en ocasiones hacemos sin darnos cuenta, después podemos pedir perdón. También podemos mencionar lo mucho que queremos a la persona. Pero, mi sugerencia es que no te operes, no lo necesitas y es riesgozo.
—Eres una chica muy inteligente —comentó sonriéndome a la par que movía sus manos.
Luego me abrazó y dejó su mentón apoyado sobre mi hombro, soltando un pequeño suspiró, pero tras unos segundos se aparto y volvió a mover sus manos.
—Te amo Narciso. Lamento no poder decírtelo con mi voz.
—Está bien Noah —aseguré sonriendo—. Dímelo con señas.
ESTÁS LEYENDO
Dímelo con señas
ContoÉl se enfermó. Ella era doctora. Él era mudo. Ella sabía lenguaje de señas. Él odiaba todo lo relacionado con Argentina. Ella era de Argentina. Saga "ChicasFloresWattpad" 4