Capítulo: 6

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Hermanos Scott

Mi paciencia está muy en desaparecer, y los mandaré a la mierda, lo único que me reconforta es la imagen de Lina en mi cabeza, dios esa mujer me enloquece es tan inocente, pero ardiente a la vez mi amigo necesita estar por ese culo.

Ayer le compré el conjunto para entregárselo, pero al salir ya no estaba no demore ni dos minutos comprándolo en verdad camina muy rápido. Larry me contó de una de sus "amigas de turno" así que me ofrecí a que la conquistara con el regalo que iba a ser para ella lo más probable era que no la volviera a ver.

Pero al escuchar las elegidas en la tarima y verla allí fue un regalo caído del cielo, así que me fui a la habitación hice una carta y la guardé para entregarlo cuando bajará lo que me sorprendió fue ver llegar a Larry muy agitado.

Le pregunté que pasó y dijo que las había bajado de la tarima.

Recuerdo perfectamente sus palabras.

"Hermano las baje de la tarima Fernanda estaba disfrutando mucho, sal de la habitación vienen para acá"

No alcance a decir nada más cuando escuchamos los gritos, salimos de la habitación entrando en otra rápidamente, el guardia llegó avisarnos que se encontraban en la habitación.

Mi enojo era enorme quería matarlo, odiaba la idea que también le gustará la mujer que me tiene loco hace menos de 24 horas. Así que lo primero que pregunté fue, que pasaba.

Y me explico rápidamente que le gustaba la pelo castaño y cómo yo no presté atención a cuando dijeron sus nombres o no, únicamente miraba ese rostro perfecto y ese cuerpo.

Después de eso fue imposible no querer besarla y hacer la mía en esa misma habitación aun así ese vestido no ayudaba a mi autocontrol sabía que ella no es cómo las demás jamás aceptaría un a costón de la nada, eso para mí es un reto, me gustan los retos es la primera mujer que no acepta de una vez una aventura conmigo y me gusta mucho esa sensación de no saber qué pasara.

— ¿Hermano qué tal me veo? - pregunta Larry de la nada por fin sale este imbécil se arregla más que una mujer.

— Te ves igual que siempre, pérdida de tiempo - arruga la cara y busca su maletín.

— ¿Sabes que tengo acá? - arreglo mi sacó y lo miró.

— No, y me importa una jodida mierda vamos - mi voz párese a veces ser muy ruda para los demás, pero para Larry es cómo un chiste solo hace reírse.

— Que más Edward ¡dinero! - le quitó el maletín de un golpe abriéndolo y cómo dijo hay mucho dinero casi unos 5 millones de dólares.

— Para dónde mierda llevas tanto dinero ¿estás loco? ¡JODER LARRY! - me quita el maletín y lo guarda.

– Es para nuestra hermanita, así que no grites, y preguntes, vamos tenemos media hora para llegar - es un imbécil me colma la paciencia.

Sacó el carro del garage, no llevo chófer porque es brindado por si acaso, Larry saca el suyo y claro se va aparte.

Dejo de prestarle atención a ese idiota y aceleró para llegar a tiempo a esa maravillosa reunión.

Llegó a la sede principal del banco, está muy activo, mi recepcionista Carmen la cual se ve igual de radiante hoy, me saluda muy pícara, soy hombre de una sola noche no sé por qué sigue insistiendo en hacerme ojitos cuando sabe que no pasará una vez más.

Le respondo moviendo un poco mi cabeza y pido el ascensor privado. Al llegar exactamente al piso 27 dónde está mi oficina y se hacen las reuniones, encuentro a mi secretaria Sharon a ella también la probé algo exótica para mi gusto, al contrario de Carmen ella sabe que no volverá a suceder.

Sometidas Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora