Capítulo: 11

55 1 0
                                    


He despertado con la más grande sonrisa que en años allá tenido, en verdad Edward es todo lo contrario a lo que muestran o imaginé, hizo lo que Julián nunca en seis años, en serio que tenemos hombres que para nada le aportan algo a la humanidad.

Ha sido la mejor noche, la mejor cena y el mejor momento de mi vida. Suspiro cansada pero un cansancio muy extraño. Julián... Mi madre.

No, no puedo volver a pasar en ellos están prohibidos en mis pensamientos.

Dejando atrás el amargo recuerdo de Julián, me doy una ducha, cepillo mis dientes, y me arreglo para ir a ver un pequeño rato a Edward simplemente quiero verlo, y también para ir a la universidad. Me coloqué unos pantalones negros, una blusa azul cielo, tenis, y mi chaqueta de cuero favorita.

Bajo a desayunar y me encuentro una fría y amargada Fernanda, sé que estoy acostumbrada a verla así, pero hoy está más de lo normal, trato de visualizar que tan enojada está por su rostro, y... definitivamente, está muy enojada, gruñe con cada respiración que da, tiene el ceño fruncido y no deja de mover su pierna derecha, si estoy cien por ciento segura que está de muerte hoy.

Buenos días, le digo con miedo a que me maté, de ella recibo una mirada de "lárgate ya" si no quieres morir ahorcada.

- ¿Buenos días? Sabes que pasé la peor noche de mi vida por tu culpa, ¿no verdad?, pero claro a ti que cojones te va a importar si me estoy muriendo o no - en serio está enojada.

Pero yo que culpa tengo Larry me dijo claramente que no fuera por ella, que él la cuidaría, pero... Claro Fer detesta a Larry que bruta soy.

- Lo sé Fer perdóname, ¿a ver dime qué te hizo Larry? - ella me mira Más calmada y da un fuerte suspiro.

- Lo único que no hizo ese imbécil fue darme la follada que merezco - solté una enorme carcajada al escuchar eso.

- Entonces dile que te dé sexo salvaje y ya, eso sí, no respondo si quedas inválida - ella se une con otra carcajada.

- Tranquila él pagará los daños causados, pero Edward se ve más peligroso así que cuidado, amiga - no me puedo imaginar a Edward Scott desnudo ante mis ojos eso es... Raro y excitante.

- Fer lo debe tener normal eso son mitos que hacemos nosotras - alza sus hombros dudando de mi respuesta y empieza a servir un jugo de naranja o eso creo que es, se ve muy extraño.

- Yo de ti no me confío, pero bueno Lin Larry me aclaro que no soy suficiente para él - la miró estática por unos segundos, eso explica su mal humor que horrible.

- ¿Así de directo fue? - sonríe triste y afirma repetidas veces mientras acomoda los platos, es mejor no seguir el tema eso podría lastimarla.

- Si entiendo Fer, a hora alimenta a esta pobre mujer antes de ir de visita - ella me mira en desaprobación y yo solo puedo reír Fer es la que cocina tiene un talento para eso aunque no le guste.

- Odió cocinar, de a hora en adelante tú y yo solamente comeremos en la calle.

- Engordarás - digo con una tostada en la boca.

- No me importa, hablando de los hermanos ¿qué hiciste ayer? - pregunta de repente casi me atraganto con la tostada su sonrisa pícara me dice todo lo que piensa.

- No, no, no Fernanda no hice el amor con él, únicamente me invitó a cenar, y nos besamos nada más.

- Cómo que se besaron, espera ¿cómo que únicamente se besaron? La verdadera pregunta es ¿por qué se besaron? - trato de pensar en una respuesta correcta, pero completa para que no pregunte más de lo necesario.

Sometidas Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora