Capítulo: 12

56 1 0
                                    

- Cerré la puerta suspiré con una gran sonrisa, si la vida me diera las palabras para describir cada sensación que pasa por mi cuerpo, cuando Edward se apodera de cosas tan mínimas, tomarme de la mano, mirarme, tocar mi cuerpo, él rocé de sus labios... Dios estoy hecha un lío.

Estoy tan sumergida en mis pensamientos que no me fijaba que Fernanda no ha llegado. Pero la dejé hace horas ¿por qué no ha llegado? Conociéndola debe estar en algún lado paseando.

¿Dónde está mi teléfono? Busco en la cocina, y estaba perfectamente apagado, genial a hora ni cómo llamarla. Sonó el timbre y me quedé observando algo desconcertada, Fer tiene llaves y es muy tarde.

¿Y si es Julián? No, no puede ser él, aun así mi corazón se aceleró de solo pensarlo la última vez que lo vi fue hace poco, pero mi vida está pasando cómo si fuera sido ayer, simplemente no puedo siquiera pensar en él.

Vuelven a tocar y mis nervios aumentaron, bueno no tengo otra opción que mirar quién es.

Camino hasta la entrada y mejor preguntó primero quién es.

– ¿Quién es? - una risa tierna, pero gruesa se escuchó del otro lado y mi cuerpo se relajó por un instante es Edward, ¿espera que? Edward...

— El hombre que te quita el sueño y entre otras cosas - dice egocéntrico una pequeña sonrisa sale de mí, al escucharlo y decido abrir la puerta.

Está hermoso mi cuerpo tiembla ante su presencia cómo si hace unos minutos no nos fuéramos recién despedido, es tan guapo.

– En realidad sueñas mucho, dime qué necesitas, ¿se te olvidó algo? - alza una ceja y sobre carga su brazo en la puerta.

— Si tienes razón, sueño con hacerte mía... Y Si se me olvidó decirte que quiero quedarme contigo - mi corazón pálpito ante sus palabras, no sé qué me preocupa más, si su capacidad de hacerme caer tan rápido, o estos sentimientos que siento desde que lo conozco.

– ¿Qué? ¿Cómo que quedarte conmigo? ¿Estás loco? - se acerca a mí casi entrando a la casa, y mi mente no sabe qué está pasando.

— Sí, estoy loco, loco por ti... Loco de sentir que eres mía quiero que mi vida se una contigo.

Quedó putrefacta por sus palabras, eso que quiere decir ¿qué se enamoró de mí? No enamorarse es un sentimiento fuerte.

Se acerca más a mí colocando sus manos en mi cadera y una fuerte chispa de electricidad paso por mi cuerpo, mi miro a los ojos y suspiro en mi frente.

— Déjame sentir todo de ti, por favor...

Ese susurro hizo que mi mente dejará de hacer constantes preguntas y disfrutará el momento, y lo besé un beso torpe, suave con muchos sentimientos encontrados uno donde el pequeño temblor de mis labios era agonía entre nosotros, no hubo morbo ni lenguas.

Se separó de mí y acarició mi mejilla dándome un beso en la frente.

— Eres perfecta, que me hiciste Lina Anderson...

– Yo... Creó que acá la hechizada soy yo. Me vuelves loca en todos los sentidos, Edward... Tengo miedo - me miró a los ojos y sonrió.

— ¿Miedo? ¿De ser mía? - su pregunta me cuestiono, ¿miedo de ser suya? Exactamente atino un poco.

– En realidad miedo a que me hagas creer que soy tuya, enamorarme y vivir otra vez la sensación de la traición, la diferencia es que una traición o desilusión tuya me mataría.

Me miró sorprendido y se separó un poco, mis ojos se deslumbraron al ver los de él, en un azul intenso diferente brillaban con intensidad.

— Ya se a que te refieres, eres una persona importante en mi vida y solo llevas menos de una semana en ella Lina, no te prometo felicidad completa, pero si un descubrimiento perfecto de cómo sería tu vida sin limitarte a algo cómo esto.

Sometidas Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora