¿Qué sabes tú de echar de menos,
si no te han saltado las lágrimas,
sin mover ni un músculo?.
¿Qué sabes de vacío,
si no me has visto apagarme,
deshaciéndome entre las sábanas?.
¿Qué sabes de fondos,
si no has sentido que,
cada día, importas menos?.
¿Qué tanto has querido,
si no has sentido el ardor
en la garganta, recordando?.
A veces me siento tan lejana a tanto, tan marciana, aunque supongo que un extraterrestre tendría los nortes más claro, ya te digo.
Hay días que me pongo primero, me visto del primer impulso que me topo y me entiendo más, que quizá no me he querido lo suficiente, como me prometía.
A veces toco arena y mi planta del pie ni se entera que ya no está en la madera, ni en asfalto, ni césped.
Tengo momentos donde pido respuestas a la luna, porque no hay religión que me calme los instintos.
A veces me siento equivocada al elegir el camino en el ando, aunque esté siempre agradecida, es camino al fin y suelo estar a kilómetros del abrazo.
Es real lo de sentirte sola, aunque tengas tantos ojos mirándote, hay sitios repletos y yo, a veces, vacíos.
A veces la madrugada me despierta, con un salto en la cama, gritándome que te lo cuente.
¿Qué sabes tú de ser persona,
si no te has guardado,
para ti?.
¿Qué sabes tú de noches,
si nunca las has llenado
de en - velas?.
¿Qué sabes tú de mí,
si nunca has estado aquí dentro?.
