Capítulo XIV: Itar

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Mi familia es casi tan grande como lo es su prestigio. Mi madre, la Reina Regina es la más aclamada y respetada soberana que han tenido las nueve islas.

Lo que le falta a mi reino en tamaño, lo gana en riqueza. Desde que instauraron en Cesibir, la isla de hielo, una prisión para reclusos de máximo nivel de diferentes zonas de toda Cigna, las ganancias fueron cada vez mayores.

Pero, a quien ya lo tiene todo, la codicia, siempre le lleva a desear... más.

Hace ocho meses

Indar, Capital de Itar

⏤¡Mamá! ⏤gritaba entre lloros Jakei. Las niñeras le cogían en brazos mientras tenía una de sus típicas rabietas matutinas que madre, como siempre, ignoraba.

Sentada en el gran piano de cola, al lado de mi hermana mayor, Polaris, perfeccionaba junto con sus profesores de música la partitura que componía para después de la boda.

Polaris, tras varios acordes perfectos, falló una nota provocando que golpeara con fuerza todas las teclas del piano y que, incluso yo, diera un leve salto del susto.

⏤¡Consigue que se calle de una maldita vez! ⏤gritó enfurecida a una de sus niñeras provocando que nuestro hermano pequeño dejara de llorar durante un segundo para luego estallar en un gigantesco y agudo llanto.

Polaris apoyó los codos sobre el piano provocando que las teclas volvieran a sonar. Entre sus manos ocultó su afilado pero perfecto rostro, que ladeaba con frustración por el incesante lamento de Jakei.

Alzó la vista por encima de sus dedos que había entrelazado, fulminando a nuestro pequeño hermano de apenas seis años con sus ojos azul marino. Desvío de nuevo la mirada a madre que rodó los ojos y levantó la mano moviéndola para que sacaran al pequeño de la estancia hasta que dejara de llorar.

⏤Con hacerle un poco de caso se le hubiera pasado, sigue siendo solo un crío ⏤protesté escuchando como el llanto de mi hermano se tornaba más desgarrador según lo sacaban de la estancia.

⏤Norina ⏤respondió mi madre sin mirarme⏤. Si vuelves a quejarte puedes irte con él.

⏤Lo lamento, madre ⏤respondí mirando al suelo y volviendo a guardar silencio.

⏤Sabes que la boda de tu hermana con Adriel es nuestra prioridad, si quieres jugar a las niñeras no haber nacido en la realeza ⏤se quejó juntando levemente las cejas.

⏤¿Has terminado la organización de la lista de invitados? ⏤cuestionó mi hermana. Asentí y prosiguió⏤. ¿Colocación de las mesas? ¿Regalos de nuestro reino? ¿Menú de la ceremonia?

Con cada pregunta que me hacía asentía, frustrándome cada vez más. Parecía que era mi boda, en lugar de la suya.

La única ocupación de Polaris, desde que se confirmó la futura unión hace dos meses, fue tocar su largo piano de cola y cuidar su cuerpo hasta que llegue el día de la ceremonia. Lo que estaba claro era que, si la boda hubiese sido mía, tendría las mismas ganas de casarme que Polaris, ninguna.

⏤Esto es imposible ⏤se quejaba Polaris intentando repetir los movimientos acelerados sobre el teclado⏤. No va a salir bien, nada saldrá bien, no seré capaz madre.

⏤Con esa negatividad seguro ⏤interrumpí rodando los ojos.

⏤¡Norina! ⏤chistó madre callándome⏤. Polaris, dejarás de tener el domingo libre para seguir practicando, así mejorarás. Iré a buscar al maestro de ceremonia. La boda debe ser perfecta.

Augurio ✔️ (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora