CAPÍTULO ONCE

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Viktor Stone era un chico sumamente coqueto y que con solo una mirada podía tener a cualquier chica a sus pies. Sin embargo, le gustaba divertirse, no sentía más que deseo carnal hacia ellas y siempre les dejaba claras las cosas para que no pasara a mayores. Sin embargo, al ver llegar a Mia Boones algo en él hizo despertar su chispa de curiosidad.

La chica tenía el aspecto de las típicas chicas santas, buenitas y que hacían todo por el orden que marcan las reglas. Viktor quería romper con ello, quería ver hasta dónde podía llegar esa chica buena y que siempre estaba al pie de la letra con las reglas.

—Viktor Stone —dijo la voz de su hermana mayor entrando a la habitación de este el cual se sentó de golpe en la cama.

—¿Qué haces aquí tan temprano? —preguntó el pelinegro pasándose una mano por el rostro.

—No es tan temprano, además hoy debo ir de vuelta al pueblo con Peter. Y vine a hablar contigo seriamente —respondió su hermana sentándose en el borde de la cama alisando su vestido color magenta oscuro.

—¿Peter? —Alzó una ceja mirándola serio haciendo que la mayor mirara hacia otro lado.

—Da igual. Lo que sea que se pase por tu cabeza con Mia Boones, olvídalo —advirtió señalándolo con un dedo.

A veces odiaba que su melliza lo conociera tan bien, aunque, no solo ella lo conocía a la perfección, sino que él a ella también.

—¿Por qué lo llamas Peter y no por su rango o apellido? —cuestionó cruzándose de brazos. Bella abrió la boca y la volvió a cerrar.

—¡No me cambies de tema!

—No sé de qué hablas, Mia Boones no me es relevante —dijo encogiéndose de hombros. La pelinegra se levantó y caminó hacia la puerta.

—A mí no me engañas, copia barata. Te vigilaré —habló antes de salir de la habitación.

Viktor suspiró y se pasó una mano por el pelo, debería hacer las cosas con cuidado, que Bella era demasiado persuasiva.

Mientras tanto, Bella siguió su camino hacia donde el carruaje los esperaba a ella y al príncipe para ir al pueblo, junto a este estaba Peter, Alexander y la consejera del heredero, la pelirroja la miró muy mal viendo la hora.

—Ha llegado doce minutos tarde, princesa —comentó tensando los labios. Bella la ignoró por completo siguiendo hacia Peter.

—Siento la tardanza, me entretuve conversando con mi hermano, espero que no haya tenido que esperarme mucho —dijo hacia el príncipe con amabilidad. Peter le hizo una pequeña reverencia y le sonrió amablemente.

—No se preocupe princesa, recién hemos llegado y justo Alec vino a conversar conmigo.

—Princesa —saludó el conde bajando la cabeza a modo de reverencia y saludo. La pelinegra asintió a modo de saludo y Alec supo que esa era su señal para huir. Que mira si la Stone mayor tenía algún poder psíquico y le leía la mente enterándose que se había besado con su hermana pequeña, o mejor dicho casi comido. Quería vivir aún, así que se retiró de inmediato.

—Príncipe Peter, ya es hora de que partan, llevamos aquí perdiendo el valioso tiempo de los ciudadanos y hay cosas por hacer aún —intervino Anne parándose entre Bella y Peter.

Bella la miró sin expresión alguna, esa chica no le agradaba para nada—. Haberte ido si tenías más deberes que cumplir, no es necesario que esperes a que Peter se vaya, está a salvo, no me van a salir colmillos y le voy a mordisquear el cuello de la nada —dijo con seriedad dándose media vuelta subiendo al carruaje.

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