Hoy es un día muy especial para el pequeño blondo de ojos azules, estaba contando los meses, días y hasta los minutos a que llegara por fin.
Se levantó de la cama temprano como de costumbre pero con la energía tan alta que siente que puede hacer todo lo que sea, si quiere ir a la luna en ese momento podría hacerlo.
Se vistió con su uniforme negro de la "pandilla", se limpio la cara, los dientes y acomodó su típico peinado que él piensa que se ve genial. Calentó su desayuno, guardó sus cosas en su mochila y hasta ahora aún no se daba cuenta de que su madre apenas se estaba alistando para empezar el día.
— Mamá, ¿Dónde está mi sombrero?— pregunta llendo de un lugar a otro tratando de buscarlo.
— Está en la repisa de la entrada, cariño— contesta algo somnolienta llendo a la cocina.
— No es cierto, aquí no está— avisa sin verlo por ningún lado.
— ¡Y si yo lo encuentro ¿Qué te hago?!— con eso ya estaba más que despierta.
El pequeño revisa mejor sobre la repisa y detrás de una pequeña lámpara, efectivamente, lo encontró.
— ¡Aquí está!— anuncia alegre bajando de un salto de su banquito.
Su mamá quien asomaba la mirada por el pasillo se tranquilizó de que estuviera ahí, pues tampoco recordaba con exactitud si lo había dejado en la repisa.
— ¡Ya estoy listo!— proclama sujetando una pequeña manta es su cuello que funciona como capa, lo cual lo hace ver como un superhéroe.
Su madre no entendía muy bien a dónde quería ir tan temprano, hasta que vió que se alistó como todos los días para ir a la guardería.
— Pero hoy es fin de semana, Take. Solo vas a la guardería entre lunes y viernes— le explica antes de que se coloque sus zapatos, mostrándole el calendario en la pared.
Esa noticia lo sorprendió, pues no pensó que su cumpleaños sería en un día en el que no pudiera ver a sus amigos.
— Pero yo quiero ir, quiero que mis amigos festejen conmigo— expresa en tono triste quitándose su gorrito hecho de papel. De pronto toda su energía se vió frustrada por unas simples pero reales palabras.
Su tristeza pasó también por ella que no quería que se sintiera así; sabe que ese es su lugar favorito, estar con sus amigos y compañeros es como su segundo hogar.
Planeó invitar a varios, si no es que la mayoría de ellos a su casa para celebrar ahí. Y al pensarlo un poco más detenidamente, se le iluminó un foco imaginario por encima de su cabeza.
— Tengo una idea— expresa alzando en brazos al pequeño—. ¿Qué te parece si te llevo a la guardería por el resto de la mañana y en la tarde seguimos la fiesta en casa con tus amigos?
La propuesta devolvió la ilusión al pequeño, mostrando sus ojos azules y brillantes.
— ¡¿En serio?! ¡Yeiii!— abrazó gustoso a su madre quien le dió un beso en la frente a su hijo.
Llegaron puntuales a la hora de entrada a la guardería, solo que esta vez no estaba la cuidadora Nomi junto con su equipo de trabajo, ya que ellas no trabajan los fines de semana. Ahora eran otras señoritas quienes que aún eran estudiantes de universidad que trabajan de medio tiempo ahí.
Al principio, el pequeño Hanagaki tuvo miedo de no ser recibido por la cuidadora Umiko, pero la otra señorita de cabello oscuro se presentó y decía conocerlo de la habitación llamada Tokyo Manji Gang y que ella sabría donde acoplarlo para que pudiera estar en la guardería unas horas.
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La "Guardería"
FanfictionSerie de One Shot's relatando diferentes situaciones en la vida diaria de los pequeños personajes, en las que nuestro héroe llorón se verá envuelto, conviviendo y ganándose la confianza y respeto de quiénes llegarán a conocerlo. - AU de recuentos de...