— Tiene que seguir aumentando el reclutamiento— habla firme el jefe sentado al lado de sus amigos comiendo su postre favorito: Dorayakis.
— Sí— responde Baji disfrutando de un delicioso Peyoung.
— Hay que empezar a mover algunas influencias por aquí— continúa hablando el rubio cenizo después de cada bocado.
— Claro— y el pelinegro sigue afirmando igualmente.
— Tengo a alguien en mente, ¿Me ayudarán?
— Desde luego— sigue respondiendo mientras que los demás ponen cara de confusión.
— Será una buena idea.
— Una buena idea— ya estaba a mitad de su comida.
— Baji, ¿Me das tu paleta de bombón?
— Cómo no— procede a darle su postre y el resto cambian su expresión a una sorprendida sudando frío.
Pasaron como 30 segundos para que Keisuke se diera cuenta de su error.
— ¡Tonto Mikey, devuélveme mi paleta!
— Pero si tú me la diste.
Ahora sus amigos tienen que ver cómo el jefe escapa del pelinegro hecho una furia.
— ¿Lo volvió a engañar?— pregunta el pequeño Pachin pasando a su lado rumbo al lavabo a dejar su plato.
— Sí— Draken y Mitsuya imitaron el tono del pelinegro cuando afirmaba hace un momento a todo lo que dijera el otro.
— Siempre es lo mismo— expresa rendido el blondo soltando un suspiro cansado.
— No se puede evitar, cada vez que Baji come Peyoung se pierde en el trayecto— apoya su compañero Chifuyu degustando la otra mitad de lo que le apartó el de prominentes colmillos.
Después del almuerzo y de un pequeño juego grupal, faltaba casi una hora para que los adultos los vinieran a recoger temprano, ya que se estaba poniendo nublado y para evitar inconvenientes por el tiempo frío será mejor que lleguen a casa a salvo.
— Ahora quédate aquí y no hagas travesuras, ¿Entendido?— la cuidadora Umiko coloca al pequeño Tachibana en su cuna, donde se entretiene más que en el patio.
La pelirroja fue a lavar los últimos trastes en la cocina, no hay problema con dejarlo ahí, estando cerca podrá escucharlo adecuadamente.
— Yo opino que es una mala idea— expresa el pequeño Takashi asomando la cabeza por el marco de la puerta al lado del comedor como sus amigos.
— No te preocupes, todo saldrá bien, ¿Cierto, Baji?— le habla solo por burla.
— Cállate, sigo enojado contigo— responde en ese mismo tono aún con una ligera lágrima en su ojito.
Los pequeños avanzan en una fila hasta llegar al lado de la cuna con barrotes de madera que es bastante alta, no pueden ver bien al bebé pero saben que no es su hora de dormir así que está despierto jugando con los peluches.
— Muy bien, como lo planeamos, Baji y yo vigilamos y ustedes lo alcanzan— expone el plan Manjiro ante sus capitanes.
Los vigilantes tomaron su posición: el pelinegro vigila que Hinata no se acerque a la sala central, ve que está armando un rompecabezas con los hermanos Shiba, se quedarán entretenidos un rato. Al jefe le toca vigilar a la adulta en la cocina, asegurándose de que no los pillen con las manos en la masa.
— Mmmh... ¿Primero Draken o Pachin?— cuestiona confuso el de mechones rubios mirando a sus amigos quienes se estaban preguntando exactamente lo mismo.
ESTÁS LEYENDO
La "Guardería"
Hayran KurguSerie de One Shot's relatando diferentes situaciones en la vida diaria de los pequeños personajes, en las que nuestro héroe llorón se verá envuelto, conviviendo y ganándose la confianza y respeto de quiénes llegarán a conocerlo. - AU de recuentos de...