Un día fuera de lo que normalmente hacen en la guardería, un día poco común entre ambas habitaciones, un día perfecto para ir a comprar nuevo material didáctico para los de Tenjiku, estrenarán no solo patio nuevo, sino también juguetes nuevos, que envidia les tienen los de ToMan; aunque recientemente se está rumoreando entre ellos que pronto se abrirá una nueva habitación y que para ellos también serán los materiales.
— ¡Sin preocuparse, es como hay que vivir! ¡A vivir así, yo aquí aprendí~...!— van cantando el par de peques más alegres del lugar, pues parece que se les adelantó la navidad.
— Oigan no caminen tan rápido o se caerán— les advierte la cuidadora Harajima, a lo cual solo afirmaron sin hacer caso.
— No te preocupes, no van tan rápido— habla su compañera Tora, quien cuida en Tenjiku—. Gracias otra vez por acompañarnos.
— No hay de qué, además Takemichi mencionó que quería ir con el pequeño Hanma por un nuevo rompecabezas el otro día— aclara viendo como van cambian alegres agarrados de la mano, bonitos y pequeñitos.
Llegaron caminando de la guardería hasta la pequeña pero bien surtida juguetería, claro que para los peques es un lugar muy grande, tanto que casi siempre tienen la mirada hacia arriba, haciendo que les duela un poco el cuello.
— ¿Podemos estar en este pasillo? ¿Siiiii...?— pide un alegre blondo con sus ojitos brillando para convencer a su cuidadora.
— No lo sé...— la mayor duda, pues casi le dió un infarto la última vez que salió a comprar con sus otros pequeños.
— No se preocupe, Harachan. Yo cuidaré a Takemichi— expresa el pequeño de Tenjiku abrazando por los hombros al mencionado.
— No tardaremos mucho, pueden estar solo en este pasillo— apoya su compañera, pues confía en ellos, por muy pequeños que sean saben que no tienen que estar o ir con desconocidos.
La señorita Umiko lo sigue meditando, viendo el pasillo de juguetes con un par de guardias vigilando cerca del lugar y luego las sonrisas de los pequeños, suspira en resignación, a veces puede llegar a ser sobreprotectora, pero tiene que confiar más en ellos y dejarlos experimentar cosas solos.
— Está bien.
— ¡Yeiii!
— Pero solo será un rato, en cuanto los llamemos estarán con nosotras de inmediato, ¿Entendido?
— ¡Entendido!
— Ah, y Shuji, nada de travesuras, ¿Ok?— recalca la otra señorita antes de que se fueran corriendo.
— Pero Kuroichan, ¿No que confiabas en nosotros?— cuestiona en ofensa fingida.
— Claro que confío en ustedes, pero no en esa sonrisa que me dice que harás algo “divertido"— hace comillas con sus dedos recalcando la última palabra—. Así que estás advertido, nada de travesuras, ¿Ok?
— Jumh, ok...— responde casi de mala gana cruzando sus bracitos y haciendo un moin molesto.
— Ése es mi chico. Bueno, nos vemos en un rato— se despiden y proceden a ir por otro pasillo para buscar los materiales didácticos usados para trabajar.
Los pequeños desaparecieron casi de inmediato de su vista, corriendo cual participantes de maratón hasta el fondo del pasillo, donde se encontraba lo que el de ojos azules buscaba.
— Mira, éste es, Takemichi— señala detrás de una vitrina el famoso rompecabezas blanco de 2,000 piezas.
— Wuaaa... Se ve genial— contempla dicho juego, le gustaría probarlo en otra ocasión.
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La "Guardería"
FanfictionSerie de One Shot's relatando diferentes situaciones en la vida diaria de los pequeños personajes, en las que nuestro héroe llorón se verá envuelto, conviviendo y ganándose la confianza y respeto de quiénes llegarán a conocerlo. - AU de recuentos de...