"Pez dorado" Parte 2

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Una vez aclarada la situación y por darle ese susto a la mayor ahora solo les comprará un pez para que lo cuiden los tres. Si con eso no se llevaban un castigo están más que satisfechos.

Proceden a elegir sabiamente a su primera responsabilidad: cuidar de una mascota. Empezar con algo así es vital para que en un futuro puedan encargarse de un animal más grande, como un perro, conejo o gato.

Observan con más detalle todas las peceras, incluso encontraron peces de ojos saltones que daban un poco de miedo.

Keisuke encontró un pequeño carpín dorado nadando al lado de unas rocas artificiales que parecía jugar con ellas, su cresta y color de algún modo le recordaron a alguien, esa persona que tanto quiere:

Se encontraba en el parque del centro de la ciudad, quería jugar con los otros niños pero ninguno se le acercaba por temor a que los mordiera al tener sus colmillos más afilados, lo creyeron raro por eso.

Ese día jugaba solo en la caja de arena, tratando de construir un castillo pero cada torre que creaba caía al instante, ya se estaba dando por vencido y a punto de llorar.

¿Puedo jugar contigo?— una voz infantil le llama la atención y voltea encontrándose a un blondo con un sombrero de papel.

El pelinegro solo asiente en respuesta, si se le acercó es porque aún no ha visto sus colmillos que dan miedo y si no habla ese niño no se irá.

Me llamo Takemichi Hanagaki, ¿Tú cómo te llamas?— pregunta alegre mientras echa un poco de arena en su pequeño balde.

Yo...— apenas abrió su boca la cubrió con su mano inmediatamente—, me llamo Keisuke Baji— responde una vez que tomó una pala de juguete y la puso a mitad de su cara cubriendo su boca.

El de ojos azules creyó que era alguien tímido por hacer eso, no le tomó importancia y ambos empezaron a construir un nuevo castillo juntos. Entre risas e instrucciones para su creación, conectaron amistosamente y no se aburrieron en ningún momento, claro que cada vez que el pelinegro hablaba cubría la mitad de su cara.

¡Ya está!— anuncia el blondo feliz por construir un castillo más grande del que había hecho antes—. Solo falta colocar la bandera de los reyes— se apenó un poco al decir eso, sonó algo vergonzoso.

Baji asiente nuevamente viendo cómo el otro va corriendo por una hoja de papel y plumas de colores en su mochila; de regreso, cae torpemente haciendo que su cara quede cubierta de arena. El pelinegro no pudo evitar reír por eso, mostrando su gran sonrisa que al darse cuenta no cubrió a tiempo su boca.

Guau, tus colmillos son muy afilados, increíble— elojia emocionado después de quitarse la arena de encima.

¿Umh? ¿No te asusta?— pregunta tímido y algo confundido.

¿Por qué debería? Se ven geniales, parecen de un vampiro jeje...— habla con un ligero sonrojo en sus mejillas—, ese es el disfraz que uso en Halloween, pero tú te vez muy bien con ellos y eso que es todo el tiempo.

Sus palabras hacen que el corazón de Keisuke empiece a palpitar más rápido al mismo tiempo que sus pómulos se pintan de rojo, es el primero que le dice algo así... Ya no tiene porqué ocultarlos si a su nuevo amigo le agradan. Bendita su suerte al encontrarlo en la misma guardería tiempo después.

Con ese recuerdo nostálgico, ve cómo ese pequeño pez ahora está llendo de un lado a otro por toda la pecera.

Chifuyu lo encuentra perdido en sus pensamientos, sigue su mirada notando a ese animalito acuático. El destino se puso de acuerdo con la coincidencia, porque él también recordó a ese niño de ojos azules con tan solo distinguir su color:

La "Guardería"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora