Especial: "Lejos de casa" Parte 1

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Porque es verano y hace calor, porque ya es verano e inician vacaciones. ¡Porque es verano y no puede faltar una gran aventura en la playa!

Sí, en este momento son los pequeños que se dirigen a la playa en autobús o en su respectivo trasporte personal.

Solo que esta vez no van a representar o alzar en alto el nombre de su guardería. Esta vez solamente van a tomar unas merecidas vacaciones, libres de tareas, deberes y regaños.

— Que bueno que los jefes nos dieron este viaje de regalo— menciona la cuidadora mayor.

— Sí, ya lo merecíamos— afirma su compañera pelirroja estirando un poco sus brazos en relajación.

Mientras la mayoría de los adultos y pequeños toman una siesta en el camino, hay unos cuantos niños que de la emoción no pueden estar quietos.

— ¡Playa, playa, vamos a la playa!— canta alegremente un pequeño blondo de ojos azules.

— ¿Nunca has ido a la playa antes, Takemicchi?— cuestiona un curioso Draken a su lado en el asiento.

— Eh...— duda un poco, se ve nervioso—. Bueno... La verdad es que no he ido antes, disculpa si me emocioné mucho...

La forma en la que se disculpa fue tan tierna como adorable que hizo sonrojar un poco al de trenza.

— No, no, eso está bien, Takemicchi.

— ¿En serio?— ahora está confundido.

— Sí, eso significa que cuando seamos grandes te voy a llevar las veces que quieras a la playa en mi motocicleta— piensa en voz alta imaginando tal situación.

— ¡¿De verdad, Draken?!— sus ojos brillaron de ilusión, a lo que el mencionado afirmó mejor sus palabras. Eso hizo que Hanagaki se sientiera más feliz—. ¡Te quiero mucho, Draken!

El abrazo que le dió el blondo se sentía tan cálido que no quería soltarlo hasta llegar a su destino.

Por alguna extraña razón, Ryuguji sintió un frívolo escalofrío recorrer su espalda. Sudando frío, volvió un poco la mirada hacia la parte trasera del asiento encontrándose con un aura sombría y poco amigable.

Lo que más se podía distinguir eran una especie de ojos pequeños llenos de molestia y ganas de pegarle a alguien.

Los conoce perfectamente como para saber que son los gemelos Kawata, Mikey, Sanzu, Chifuyu y Hanma. Siempre tan celosos.

Parecían criaturas de algún bosque encantado que te miran misteriosamente entre los arbustos del lugar, como en las series animadas.

— Qué miedo...

— ¿Mmh?, ¿Dijiste algo?— pregunta aún estando en su regazo acostado.

— Ah, no, nada, Takemicchi. Ven, vamos a dormir por allá un rato— señala al cojín más apartado de la zona de los asientos mientras lleva de la mano al otro, quien trae su manta favorita en la otra mano.

— Está bien...— suelta un bostezo cansado; toda su emoción ya lo había agotado.

El resto del camino, Ken fulminaba con la mirada a los demás protegiendo al pequeño Hanagaki en brazos, dejándolo descansar como es debido.

Parecían un cachorro de gato Ashera cuidando de un pequeño hámster dormilón. Tan adorables.




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Por el altavoz del autobús se escuchó el anuncio del conductor, anunciando por fin su llegada a la playa, más específicamente al hotel todo pagado que asignaron los grandes jefes de la guardería para su uso.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2023 ⏰

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