— Castigo cumplido— anuncia el guardia, después de revisar su reloj, a un niño que sale del área donde concentran a los revoltosos—. Ya lo sabes, niño, un pleito más y esta vez serán tres horas.
— Sí, lo que él dijo— apoya la pequeña a su lado haciendo la misma pose ruda que el mayor.
Ese pequeño se fue sin más con sus amigos, advirtiendo sobre los guardias y haciéndoles saber que ellos no se dejan de juegos. Lo pensarán dos veces antes de saquear todos los juguetes con trampas.
La pequeña que ayuda a los guardias, más o menos, está relativamente en paz por no encontrar a tantos niños busca pleitos que tengan algún uniforme de la guardería, especialmente de la ToMan, porque si su hermano mayor se entera que ese lugar no es tan apto para ella o los niños no le agradan de seguro la sacaría de ahí enseguida.
— Puedes tomarte un descanso, Senju— sugiere el mayor agachándose a su altura.
— No, gracias— niega casi de inmediato—. No estoy cansada, Benkei— afirma mostrándose bastante enérgica.
— Está bien, pero tú se lo dices a tu hermano— se deslinda de toda responsabilidad porque la pequeña no quiso obedecer a la primera—. Solo no te exiges demasiado.
— Daré mi mejor esfuerzo— expresa animada; se dispone a subir en un banquito y dar un salto hacia el brazo de su amigo adulto, quien la colocó en sus hombros y le entregó un par de gafas oscuras, así ambos se ven más intimidantes—. Por cierto, ¿Dónde está Rocko?— cuestiona intrigada de no ver al animal cerca.
Gracias a su pregunta, el mayor se percató de que aún no ha regresado de una inspección de rutina en el lado Oeste del campo, piensa que tal vez se perdió y tendrán que ir a buscarlo.
En eso, escucharon gritos y ruido a su derecha, encontrándose con la mencionada criatura persiguiendo a unos pequeños niños, los cuales reconoció la peque quitándose las gafas para confirmar que son ellos en los que está pensando.
— ¡Aaajay, por poco!— avisó el pequeño blondo que casi es pescado por el animal.
— ¡No dejen de correr!— Kakucho tubo que tomarlo de la mano para que no se quede atrás; sabe que Hanagaki es pésimo corriendo rápido, pero cuando se trata de salvar su vida se convierte en corredor mundial de maratón.
— ¡¿Pero por qué solo a nosotros?!— cuestiona al aire un desesperado Haruchiyo por saber la respuesta, pues han pasado por tantos lugares y con tantas personas que el perro parece no reaccionar o distraerse con nada, solo está empeñado a seguirlos de cerca.
— ¡Los está persiguiendo!— advierte Senju para que el adulto entienda que es lo que pasa por allá, ya que ella tiene mejor vista del área.
Keizo procede a silbar casi rítmicamente para llamar la atención del animal, quien responde al llamado deteniendo sus pasos y llendo con el hombre que lo espera no tan lejos de ahí.
— ¡Alto!— ordena en un último aliento Kakucho al ver que el perro ya no los persigue más, mientras sostiene a sus amigos de la chaqueta para que por fin puedan descansar.
El perro va a su encuentro con el adulto a cargo de su cuidado al mismo tiempo que los pequeños se desploman en el suelo exhaustos, tosen un poco por estar respirando con el aire frío, si esto continuaba iba a ser muy malo para su salud.
La pequeña guardia fue corriendo con ellos enseguida, algo preocupada por ver lo brusco que recuperan el aliento.
— ¿Se encuentran bien?
Esa pregunta apenas y pudieron entenderla, ya que no saben por dónde empezar.
— Seguimos vivos, eso es algo— expresa tranquilo el de cicatriz, tratando de mejorar el ambiente y la mala experiencia que volvieron a tener.
ESTÁS LEYENDO
La "Guardería"
FanfictionSerie de One Shot's relatando diferentes situaciones en la vida diaria de los pequeños personajes, en las que nuestro héroe llorón se verá envuelto, conviviendo y ganándose la confianza y respeto de quiénes llegarán a conocerlo. - AU de recuentos de...