Desus.
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Paul "Jesús" Rovia & Daryl Dixon.
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Paul no podía creerlo. Viendo la prueba de embarazo en su mano, siente su estómago caer. Simplemente era algo imposible, él no podía estar pasando por eso. No en ese momento, no en ese mundo.
Pero era innegable, las veinte pruebas que se había hecho con anterioridad, revelaban lo mismo una y otra vez. Estaba embarazado, estaba esperando un bebé. Una pequeña, inocente e inofensiva criatura estaba creciendo dentro de él para intentar llegar a ese horrible mundo.
En otras circunstancias estaría emocionado, pero ahora sólo podía sentir miedo. Él, que todos creían que no le temía a nada, estaba aterrado por estar embarazado. Nunca sería el momento y el lugar, no en ese mundo que había terminado en una auténtica película de terror.
Sentándose en un tronco, Paul detiene su caminata para regresar a Hilltop. Suspirando, sostiene su cabeza con una mano mientras ve la prueba de embarazo en la otra. No sabía qué hacer, debía pensar rápido. Era tan frustrante, tenía tanto miedo que le era molesto. Dudaba de sus opciones, sentía que estaba atrapado. Y él odiaba sentirse así. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Cómo resolvería eso? ¿Qué camino debía elegir?
—Hey. —alguien dice muy cerca de su oído sobre su hombro, lo que le sorprende, reaccionando rápido para golpear la cara de la persona detrás de él. —¡Mierda! —reconoce la voz de Daryl, viéndolo cuando se levanta. Está sosteniendo su nariz.
—Lo siento. —Paul ofrece torpemente. —Sabes que no debes sorprenderme así. —estaban en constante peligro, siempre estaba alerta. Daryl no dice nada sino que se sigue quejando hasta que se calma, para luego decirle que fue un buen golpe.
—¿Qué haces aquí? —Dixon pregunta cuando deja de sobar su nariz. Tiene una mirada desinteresada, pero realmente estaba curioso.
—¿Qué haces tu aquí? —Rovia intenta desviar, pero Daryl le da una mirada molesta que le hace sonreír de lado. —Sólo salí a caminar. Sabes que no me gusta estar encerrado por tanto tiempo.
Daryl lo entendía, él era igual. Pero no era tonto, y aunque siempre actuaba como si nada le importara, se daba cuenta de las cosas. Más si se trataba sobre Paul. Era importante para él, así como lo era su familia. No por nada habían empezado una relación.
—Has estado haciendo eso demasiado seguido ¿Qué tiene de interesante el supermercado? —después de todo, ya no tenía nada que fuera útil para ellos.
—¿Me has seguido? —Paul parece sorprendido, pero luego sonríe de esa manera que hace a Daryl girar los ojos, porque sabía que utilizaría esa información para molestarlo. —Te preocupas demasiado, señor Dixon. —el apodado como "Jesús" se acerca sigiloso a su compañero.
—No molestes. —Daryl se cruza de brazos, pero no se aparta cuando tiene a Paul frente a él, pasando los brazos por sobre sus hombros para pegarse todo lo que pudiera. —Y responde. —no se dejaría engañar.
Paul realmente no tenía cabeza ni para pensar en una buena mentira, con Daryl debía esforzarse más, ya que siempre parecía descubrirlo con facilidad. Por eso utiliza la táctica del contacto, ya que le distraía lo suficiente para poder salirse con la suya. Y además, realmente le gustaba usarla.