24. Cojín de lactancia.

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Schmico.

Levi Schmitt & Nico Kim.

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Cuando Nico Kim llega a su apartamento luego de un largo día de trabajo en el hospital, donde tuvo que correr entre dos cirugías urgentes por falta de personal debido al horrible tráfico de Seattle, se encuentra un espacio pequeño lleno de cosas de bebé y cajas.

Zigzagueando entre todo el desastre, piensa que deben encontrar un nuevo lugar con rapidez. Lo habían pensando antes, pero el trabajo ocupaba todo el tiempo, y ahora con Noah recién nacido no tenían para enfocarse en muchas cosas a la vez.

-Levi, llegué. -dice en voz alta, no es necesario gritar para que el castaño le escuche en la habitación, donde se encuentra.

-Hola. -Levi le recibe con una sonrisa apareciendo por el pasillo a la habitación, tiene el cabello despeinado y la ropa arrugada, era obvio que estaba durmiendo. ¿Y quién no? Eran las once de la noche.

-Siento haberte despertado. -Nico se disculpa con un suspiro mientras se acerca a Schmitt para tomar su cara y besarle la frente con cariño.

-No te preocupes. -Levi le sonríe apoyando las manos sobre las que sostenían su cara. -¿Cómo te fue? -extrañaba el hospital, pero era demasiado pronto para que regresara. Le tomaría algo de tiempo antes de que eso ocurriera.

El hombre más alto suspira con fuerza, comenzando a quejarse de su día tan largo. Apoya la cabeza en el hombro del castaño con lentes, mientras este le quita la chaqueta y le desabotona la camisa.

-¿Por qué no tomas un baño? -Levi le propone a Nico. -¿Has comido algo? -pregunta recibiendo un movimiento negativo de la cabeza del azabache. -Calentare algo para ti. -asegura antes de abrazar fuerte a su pareja y separarlo para poder moverse a la pequeña cocina en el lugar. Extrañaba a Nico todo el tiempo que permanecía solo en el apartamento aún cuando estaba acompañado por sus amigos o mamá. Por eso siempre despertaba cuando llegaba de noche, dispuesto a pasar algo de tiempo con él antes de que se fuera temprano por la mañana. Y cuando tenía los turnos nocturnos, le costaba dormir en la noche, pero se despertaba temprano en la mañana para recibirlo con todo su amor por él.

Nico también adoraba a Levi y el tiempo que pasaban juntos, apreciaba cada segundo, por eso cuando su turno terminaba corría para cambiarse y regresar rápido al apartamento. Ambos se estaban esforzando para que todo funcionara, lo cual estaba sucediendo, pero también querían cambiar la situación y que fuera mejor. Ahora más que nunca, que Noah había llegado a sus vidas. Nico quería darles lo mejor a ambos, había cometido tantos errores en el pasado, pero ya no había espacio para eso en su nueva y mejorada relación con Levi.

...

-¿Ya estás dormido? -Nico entra en la habitación que comparte con Levi y Noah luego de un merecido baño relajante. Había ido directo a la sala, pero el castaño no se encontraba allí.

-No. -Levi le responde sentado en la orilla de la cama. -Sólo vine a alimentar a Noah. -quien se había despertado hambriento a esa hora de la noche, lo cual era bastante típico. Por esa razón también despertaba rápido aunque fuera tarde, su cuerpo estaba acostumbrado a los largos turnos nocturnos, así que no le afectaba en nada despertar a mitad de la noche o madrugada para atender a Noah.

Nico se acerca a su pareja e hijo, tropezando con algo en el piso, pateandolo por accidente debajo de la cama.

-¿Qué es esto? -Nico pregunta con una especie de almohada en sus manos cuando la agarra.

Levi bufa sutilmente y gira los ojos cuando ve esa cosa. -Mi madre me lo trajo. -se nota la queja en su voz. -Es un cojín de lactancia, se supone que ayudan facilitando el darle pecho al bebé. -explica teniendo la mirada de Nico sobre él, así que puede notar su disgusto sobre la almohada. -Pero ni a Noah ni a mí nos gusta. -declara desviando la mirada de su peor enemigo a su bebé recién nacido entre sus brazos.

La intentó utilizar varias veces desde que su madre se la había llevado esa mañana, pero Noah inmediatamente lloraba cuando estaba sobre ella. Y Levi no dormía lo suficiente para pelear con su hijo y una almohada.

-Entiendo. -Nico sonríe con diversión, es algo pequeña y lánguida por el trabajo, siendo sustituida por un enorme bostezo. -¿Quieres que le mienta a tu madre si me pregunta si la estás usando? -el más alto abandona la almohada sobre la silla del escritorio en la habitación para caminar al otro lado de la cama y subir al lado de Levi.

-Por favor. -Levi pide con una mirada un tanto culpable. Tampoco tenía la energía para discutir con su madre o escucharla decir un montón de cosas sobre los dichosos cojines de lactancia.

-No hay problema. -Kim asegura deslizándose más cerca de Levi, pasando una mano detrás de su espalda para que también se acercara, quedando casi recostado en su pecho. En esa posición puede ver a Noah a la perfección, completamente concentrado contra el pecho de Levi. -Debemos conseguir una casa. -suelta sin apartar la mirada de su hijo. Podía imaginarlo corriendo por una casa grande, jugando en el patio mientras él y Levi le veían desde las sillas en el jardín.

-Lo haremos. -Levi apoya su cabeza en el hombro de Nico, sosteniendo fuerte pero con cuidado a Noah. También era su sueño mudarse a un lugar más grande y abierto, pero apenas tenían tiempo para dormir, no había espacio para largos recorridos de casa en casa en busca de la perfecta. Y además, Nico apenas tenía días libres y no quería que los pasara en una situación tan agotadora como el mismo trabajo. -Esperemos tus próximas vacaciones para pensarlo.

-Pero aún falta mucho.

-No importa. -Levi asegura comenzando a sentir sueño. -No hay prisa. -aunque querían una casa grande, la verdad es que no era realmente importante mientras estuvieran juntos. Entonces, mudarse podía esperar hasta que Noah comenzara a caminar.

-Tienes razón. -Nico apoya la cabeza sobre la de Levi, contagiandose del sueño.

Agradecen que Noah se durmiera mientras comía, acostándole para luego acostarse ellos.

-No te calenté la comida. -Schmitt recuerda cuando Nico se acomoda en la cama hasta tenerle abrazado por detrás contra su pecho.

-No te preocupes por eso. -Kim encuentra una posición cómoda contra la espalda de Levi, cerrando los ojos del cansancio. -No tenía hambre. -sólo quería llegar a casa para estar así con Levi y poder descansar bien.

Schmitt no dice nada más, sintiendo como Nico ya se había quedado dormido. En lugar de eso, posa sus manos sobre las del azabache que le tenía abrazado, acomodándose contra él para también cerrar los ojos y dormir.

Casualmente antes de caer completamente dormido, piensa en que al despertar debe ocultar el dichoso cojín de lactancia hasta que su madre olvide que se lo dió.

M-Preg. [Multishipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora