Harco.
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Harry Potter & Draco Malfoy.
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—¡Harry! —Draco grita de tal manera desde algún lugar de la casa, que asusta al azabache, quien salta del sillón en donde está para ir corriendo hacía el rubio.
—¿¡Draco, qué pasa!? —pregunta asustado cuando encuentra a Draco en el baño aferrándose al lavamanos, llorando.
El rubio intenta calmar su respiración para poder hablar, sintiendo la mano de Harry en su espalda cuando llega a su lado. —Creo... que el momento a llegado. —dice a duras penas.
Apenas hace unos minutos había estado bien, pero mientras se lavaba las manos sintió una punzada en la parte baja de su abdomen, la cual se corrió hasta su espalda. Se preocupó, pero no fue hasta que se repitió y se volvió más constante el dolor, que entendió que estaba teniendo contracciones. Estaba comenzando con el trabajo de parto.
—¿Qué... Qué quieres decir? —el azabache de lentes pregunta confundido, lo que se gana un enorme gemido de dolor de parte de Draco, quien gira a verle como si quisiera lanzarle un maleficio.
—¡Maldición Potter! —no puede evitar sonar como en la escuela. —¡Estoy teniendo a nuestro bebé! —explica para que pueda entender, lo cual por medio segundo le deja en blanco.
Otro gemido de dolor de parte de Draco le hace reaccionar. —Entiendo, entiendo. —intenta no entrar en pánico. —Estamos preparados para esto. —dice acariciando la espalda de Draco, quien seguía llorando. Las contracciones eran realmente dolorosas, no podía moverse, sentía que si soltaba el lavamanos caería al piso.
—Esto realmente duele, Harry. —Malfoy lloriquea.
—Lo sé, lo sé. —Potter sigue acariciando la espalda de su esposo, no le gustaba verlo así. —Pero debes moverte, debemos ir al hospital y no podemos hacerlo con magia. —así sería más rápido, pero era peligroso.
Quejándose, Draco asiente, apoyándose en Harry para poder salir del baño.
—Harry... —el rubio se detiene frente a la puerta para salir de la casa, deteniendo al mago a su lado. —acabo de romper fuente. —Y ambos bajan la mirada a los pantalones ahora húmedos.
[...]
Llegar al hospital fue rápido, pero para ambos hombres se hizo eterno, con Draco llorando y Harry con los nervios de punta.
—¿Cómo te sientes? —Potter pregunta sosteniendo las manos de Draco mientras caminaban un poco por la habitación en el hospital.
—Sólo quiero que esto acabe ya. —Draco se queja. Aunque había roto fuente, el bebé no estaba en la posición adecuada para que comenzara a pujar, alargando el trabajo de parto.
—Tranquilo. —el mago de lentes no podía hacer más que decir aquello, ahora todo dependía del bebé, ni siquiera de Draco.
—Este bebé es tan problemático como tú. —el rubio bromea con una sonrisa que desaparece en una contracción, las cuales ni siquiera eran todavía tan regulares como deberían.
—Bueno, es hijo mío después de todo. —Harry le sigue la broma, dejando que Draco apriete con fuerza sus manos cuando se detiene por una contracción. El bebé estaba apurado en salir cuando estaban en casa, pero al llegar al hospital se calmó. —Pero, espero que saque tu inteligencia. —dice y se gana una sonrisa de parte de Malfoy, quien suelta un comentario arrogante que hace reír a ambos. —Y tus ojos. —agrega con una mirada más suave, haciendo sonreír dulcemente al rubio. Entonces Harry se inclina hacia él sin soltarle las manos, besando sus labios antes de volver a hacerlo caminar.
La enfermera llega al rato para revisar a Draco, anotando que sus contracciones se habían vuelto más regulares y que pronto podrían comenzar.
...
El trabajo de parto y el parto en si duró más de doce horas, Harry sintió todo ese tiempo eterno, sobre todo cuando le apartaron de Draco y le pidieron que esperara afuera de la habitación, escuchando a su esposo quejarse, llorar y luego comenzar a gritar.
Y al final, calma. El primer hijo de Draco Malfoy y Harry Potter había nacido.