9. Habitación del bebé.

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Ineffable Husbands.

Aziraphale & Crowley.

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La habitación del bebé, eso era lo único que el demonio Crowley y el ángel Aziraphale no tenían listo aún. Y por como se veían las cosas, quizás no lo lograrían antes de que el bebé naciera.

Ninguno de los dos podía ponerse de acuerdo con el otro, cada uno había pensado en su propia idea para la decoración y no combinaban entre si. Y tampoco podían decidir por una, como tampoco querían cambiar demasiado sus propios planes. Ambos eran bastante tercos sobre el asunto.

Aunque Crowley era quien mayormente cedía, está vez no quería. Había estado planeando tan arduamente lo que quería que fuera la habitación del bebé, un lugar colorido y divertido sin ser exagerado. Mientras, Aziraphale quería que fuera armonioso y delicado, algo sencillo pero elegante.

-Planetas. -Crowley dice -Y algunas galaxias. -hace un movimiento con su mano para demostrar por dónde estarían en la habitación. -Y algunas plantas por todo el lugar. Paredes color melón.

-No. -Aziraphale interviene. -Un cielo con nubes dispersas. -mira hacia el techo. -Y paredes blancas con un estampado de letras doradas.

-Eso es aburrido. -el demonio pelirrojo se queja cruzando sus brazos. -¿Acaso también quieres que suenen trompetas cuando abra la puerta y una luz celestial los reciba?.

-No estaría mal... -el ángel piensa seriamente.

-¡Era una broma!

-No grites, querido, podemos resolver esto de una manera razonable. -el hombre embarazado en la habitación intenta de calmar el humor de su esposo, quien parecía bastante frustrado por no permitirle hacer todo lo que quería. Pero es que él también tenía sus ideas y si ninguno podía hacerla en su totalidad, debían encontrar un punto medio. -Pero nada de plantas, traen bichos. -se queja haciendo una expresión de escalofríos.

-Mis bebés están tan bien cuidadas que no tienen ni siquiera una mancha, mucho menos un bicho que las lastime. -Crowley defiende. Le dedica mucho tiempo a cada una para que fueran perfectas y hermosas, como debían ser.

-Si pero-

Gruñendo, Crowley se queja. Llevaban en eso ya dos días, quería que el ángel se rindiera y le permitiera plasmar su brillante y colorida idea.

Mirando mal al demonio, Aziraphale estaba por decirle lo grosero que había sido al interrumpirlo, cuando esté se arrodilló frente a él y tomó su barriga.

-Dime, cariño. -Crowley le habla a su bebé. -¿Quieres la idea aburrida y simple de tu padre? -pregunta en un tono sin ánimo. -¿O la divertida y especial decoración de tu creador? -apoyando su oído, se levanta rápido sorprendiendo al ángel. -Nuestro bebé a decidido mi idea, dice que puedes ir a leer un libro mientras yo me encargo. -el demonio toma a Aziraphale por los hombros para girarlo y guiarlo hacia la puerta de la habitación.

-¡Crowley! -el ángel se suelta del agarre y se gira para enfrentar al demonio. -No utilices a nuestro bebé aún no nacido a tu beneficio. -le regaña apuntándole con un dedo. Girando los ojos, Crowley chasquea la lengua.

-¡Pero ángel! -golpea el piso con su zapato para luego cruzar los brazos.

-Resolveremos esto después del té. -Aziraphale sonríe dulce, lo que hace que Crowley obediente le siga a la cocina para tomar un té mientras comen galletas.

...

-¿Listo? -Aziraphale pregunta mirando al demonio que se acerca y se detiene a su lado en la entrada de la habitación de su bebé aún no nacido.

-Pienso que le faltan algunas otras plantas, pero está bien. -Crowley dice pasando la mirada por el lugar. -¿Qué opinas?

-No son nuestras ideas principales, pero me gusta como a quedado. -el ángel risueño a su lado responde brillante. -Es tan... Nosotros. -Y eso era lo que más le gustaba. Había un poco de ellos por todo el lugar, sin llegar a ser demasiado.

-Así es, ángel. -Crowley pasa un brazo por sobre los hombros de su esposo, acercándolo para besar sobre su cabeza.

Las paredes habían quedado en blanco, decoradas con letras doradas y hojas verdes que parecían volar con el viento. En las repisas había peluches, algunos libros que Aziraphale leería para su hijo y macetas pequeñas con plantas coloridas. Incluso había una esfera de cristal que poseía una réplica móvil del sistema solar adentro.

-Ahora salgamos a comer. -el pelirrojo dice mirando a su esposo. -¿Qué se te antoja hoy? -pregunta.

-Pasta. -el ángel responde con una sonrisa, recibiendo el mismo gesto de parte de su esposo.

-Entonces vamos. -Crowley dice antes de girarse, apagando la luz de la habitación con la mano que no estaba sobre Aziraphale. La noche les había alcanzado bastante rápido. -¿Algún restaurante en especial?

Cuando la luz se apaga, Aziraphale no lo nota porque está distraído pensando en la comida mientras camina a la salida, pero el techo de la habitación se transforma en un espacio estrellado que se veía hermosamente real.

Sería una sorpresa que después descubriría.

M-Preg. [Multishipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora