Puertas del tiempo
Desde el momento que abrió sus ojos esa mañana sentía que algo extraño sucedía en las puertas del tiempo, había sentido la distorsión que se produjo en algun punto del futuro, quería ver y romper nuevamente las reglas pero al mismo tiempo sentía tanto miedo que sus manos temblaban cada vez que buscaba abrir las puertas. Se sintió un completa estúpida al no hacer nada —cobarde—, ese era el único pensamiento que podía tener sobre si misma al no hacer nada para avanzar. Retrocedió nuevamente, sin embargo al hacerlo miró la puerta del tiempo estremecerse de tal forma que sintió pánico, pensó en la Neo Reina, el rey Endimion y la pequeña dama, por más que hubiese deseado atravesar y ver no podía la intervención de su yo presente con la del futuro podría causar algún otro daño peor.
Estúpida.
Se aferraba fuertemente a su báculo temblando, su respiración cada vez más acelerada y todo se debía al sentir aquella explosión de poder desde el exterior, sabía que esa energía pertenecía a la princesa, a pesar de querer intervenir esa vez no podía debido al cambio que se daba ante ella. Un jadeo se escucho rompiendo el silencio, tres nuevas puertas del tiempo se manifestaron ante ella —Quizás estoy soñando—, pellizco su brazo derecho tratando de calmar sus nervios y comprobar si era o no un sueño. Se lamento al sentir dolor.
Se acercó a las puertas cada una diferentes de la otra, cuatro puertas que lograban con fundirla, una de ellas le daba el acceso a Tokio de Cristal pero las otras tres eran un misterio para ella.
—Detente—un escalofrío recorrió su cuerpo al oír aquella voz tan cerca de ella. Se giro sobre si misma buscando al intruso—: ¿no te has dando cuenta?
—¿Quién eres? ¿Por qué no me dejas verte?—Setsuna busco con la mirada al intruso dándose cuenta que al parecer estaba sola. Levanto su cetro dispuesta atacar—: no sé de que hablas.
—Lo supuse y es que aveces eres inútil, lo peor que eres la guardiana del tiempo-Plut quería preguntar algo más pero las palabras quedaron atoradas en su garganta—: Quién soy no es importante, desde este punto tienen todo en contra. Caos, Cosmos o inclusive...Sailor Moon.
—¿Qué? ¡De qué hablas!—trato de seguir el sonido de su voz pero le era inútil, su cuerpo no respondía.
—Esta vez la solución está en el tiempo.
Miró la sombra desaparecer a la distancia siendo consumida por la neblina, se dejó caer de rodillas preguntándose; ¿Quién era? ¿De qué hablaba?
Observo nuevamente las puertas, las dos a su derecha de un color blanco llenas de estrellas talladas en ella, mientras que la única de ellas ubicada a la izquierda era distinta de un profundo color gris que le hizo pensar en el cielo nublado por una tormenta, en ella no había diseños de lunas ni estrellas, el unico emblema en ella era un sol.
—¡Plut!—se detuvo de abrir aquella extraña puerta al escuchar la voz de Rini. La miró correr hacia ella seguida de Mina, pudo darse cuenta que no era la guardiana del siglo XXXI y supo inmediatamente que sucedía algo muy extraño. Plut se arrodilló abrazando a la princesa, quien lloraba entre sus brazos—: Plut ayúdanos, ¡por favor ayúdanos!
La desesperación en su voz logró causar en ella miles de sentimientos, verla llorar le recordó al montón que la vio perder a su familia pero en ese dolor notaba algo diferente que no conocía.
—Se que esta prohibido y tratas de no hacer nada indebido, aunque aveces parece que es inútil tu intención—su atención fue a parar en Mina al oir aquella ultima frase—: necesito que veas el futuro, dentro de una semana o un mes.
—¿Qué sucede?—ambas cambiaron su expresión, lo que antes era preocupación ahora solo reflejaba tristeza.
—Plut, es mamá...e–ella es caos—la guardiana del tiempo sintió que algo se rompía en ella. Los gritos de la pequeña dama al explicarle todo parecían lejanos, su mente viajaba a los diferentes momentos que recordaba junto a ella—: Plut, ¡me estas escuchando Plut!
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Eclipse de Luna
RandomHabían pasado varios meses desde que pudieron vencer a Sailor Galaxia, el horizonte les dibujaba un hermoso futuro lleno de paz donde las ilusiones y los sueños podrían cumplirse. Sin embargo la vida tiene dos caminos; Serena había escogido seguir...