Amor, esa única palabra venía a su mente una y otra vez, llevaban tres días sin saber nada de Serena o recibir algún ataque y de cierta forma eso comenzaba a preocuparlas. Oyuki les había informado de la aparición de Sailor Galaxia, la guardiana les comento sobre el planeta al que Serena llamaba su nuevo hogar, no pudieron evitar sentirse confundidos al escuchar que la rubia reinaba un lugar desconocido y su pueblo la aceptaba aunque otros querían quitarle el cristal de plata y asesinarla.
Pero entre todo eso hubo algo que solo Mina y Rini pudieron notar; el caos.
"—Serena me dijo que ese caos en ella no era producto de manipulación o un enemigo externo, dijo que sentía le pertenecía al igual que el cristal de plata".
Por más que la rubia trataba de entenderlo no lograba hacerlo, era ese el motivo por el que Rini junto a Luna y Artemis la acompañaron a las ruinas del antiguo Milenio de Plata. La tierra habia quedado bajo la protección del resto de sus compañeras, quiénes eran entrenadas sin piedad por Oyuki y Galaxia.
Rini veía con gran asombro el lugar donde nació la corona de la luna plateada, durante su vida en Tokio de Cristal nunca visitó las ruinas a pesar de existir viajes guiados a ese lugar, sabía que su madre iba algunas veces cuando deseaba conectar con sus orígenes pero nunca intento conocer las raíces de la familia de la luna y quizás se debía a su propio interés de conectar completamente con el reino de la tierra. Para ella era completamente distinto a las fotos de las reconstrucciones que se hicieron en el futuro, ver los pilares, solares y áreas del castillo destruidas le era extraño. Se sentía fuera de lugar estando allí pues siempre sintió que su madre era más selenita que ella.
—El salón privado de la reina estaba en esta dirección—Luna los guiaba entre los escombros que poco a poco se hacían menos mientras más se adentraban en las ruinas. Mina maldijo al ver las grandes piedras bloqueando la puerta ante ella—: es justo allí.
—Yo las moveré—la rubia dio un pequeño salto debido al susto que le género escuchar la voz de Yaten—: les dije que ayudaría y cuando salieron las seguí.
No se atrevieron a reprocharle, en ese momento la ayuda extra venía bien para ellas, Mina y Rini se acercaron ayudándolo a retirar los escombros que bloqueaban la entrada al salón que buscaban.
—¿Qué estamos buscando?—Yaten observó a Luna, la gatita tocó con su pata derecha la puerta como hacía en el pasado y por un momento pensó que su reina abriría dejándola entrar. Mina se acercó a ella tomandola en brazos mientras Rini abría, el sonido de las bisagras al ceder rompió el silencio. Artemis fue quien se atrevió a entrar antes que los demás, las luces del interior se encendieron sorprendiendo a los intrusos, para Luna fue como volver al pasado. Recordó cuando entraba allí con la reina Serenity y ese mismo hecho ocurría.
El interior estaba lleno de polvo, los libros esparcidos por el suelo, los muebles aún se mantenían en buen estado pese al tiempo que transcurrió desde la última vez que las puertas de esa habitación se abrieron.
—Deberíamos encontrar algo aquí—Yaten tomo uno de los libros que estaban abiertos encima del escritorio, alejo el polvo de las hojas de este—: a tu reina le gustaba escribir.
Luna miro con curiosidad el libro en manos de Yaten, sus ojos se llenaron de lágrimas al recordarlo.
—Es el diario de la reina, desde que fue al caldero para pedir el favor al guardián y tener a la princesa no hubo un solo día en que no escribiera en su diario—Yaten lo dejo a un lado sintiendo que violaba la privacidad de la antigua soberana de la luna. Rini tomo alguno libros del librero mirando sus portadas deterioradas por el tiempo, muchos de ellos hablaban de las antiguas leyendas de los reinos que existieron en el principio, por su lado Mina indagaba en las gavetas del escritorio sin encontrar algo que resolviera sus muchas dudas.
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Eclipse de Luna
RandomHabían pasado varios meses desde que pudieron vencer a Sailor Galaxia, el horizonte les dibujaba un hermoso futuro lleno de paz donde las ilusiones y los sueños podrían cumplirse. Sin embargo la vida tiene dos caminos; Serena había escogido seguir...