Capítulo 5

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El golpe de una bofetada rompió el silencio llevándose al mismo tiempo la incomodidad que generaba todo lo que estaba sucediendo. Mina lloraba presa del enojo y la decepción, su mano dolía luego del golpe que acabo dándole en la mejilla derecha a Haruka, la guardiana de Uranus no había dicho una sola palabra después de todo lo contado por Michiru y Rei, además que Yaten y Taiki confirmaron el suceso. Rini veía todo en silencio junto a Kakyuu, ambas se lamentaban el no haber llegado a tiempo y ser capaces de proteger a dos personas inocentes.

—No dije nada cuando me quitaron el cargo de líder de las inner dándole el mando a Rei—la pelirosa miró con sorpresa a Mina—: no debí quedarme en silencio esa vez y pelear por mi deber, debí protegerla de sus malditas ideas de la boda y todo lo que planeaban para ella; cursos de etiqueta, pasarela, debate, comercio, idiomas...música, ¿Por qué? Por un estúpido futuro, por un príncipe que no debían proteger ni deberle lealtad, ¡Quién era su princesa era ella! Guardaban lealtad a Chibiusa, ¿Por qué?—Hotaru desvío la mirada sintiéndose dolida—: ni siquiera era alguien que había nacido.

—Mina yo...—la rubia miró a Rei indicándole que no hablará.

—Lo que sucedió fue sólo producto del momento, Serena volverá después que llore a ese joven—Mina sintió que aquello fue como una piedra sobre su cabeza, Darién se mantenía indiferente mirando por la ventana del salón hacia el jardín, en ese instante entendio las veces que su amiga se desahogaba con ella hasta que inevitablemente se dormida después de llorar sin parar, le había fallado como amiga y guardiana, Rini por su parte no podía creer que aquel hombre fuera el mismo que amaba a su madre, el padre por el cual sentía tanta admiración hasta el punto de sentir un extraño enamoramiento infantil.

Todo en ella dio un vuelco al darse cuenta de lo ciega y equivocada que estaba —Plut tenía razón—, aquel pensamiento la hizo sentirse peor.

—Serena es nuestra princesa, si ella se enamoraba de Seiya o cualquier otro ustedes debían apoyarla no empujarla al barranco—las palabras de Luna hicieron sentir peor a las causante de todo el desastre. Amy se sentía como la peor de las amiga, recordaba que gracias a Serena ella adquirió confianza en sí misma y la fuerza para ser valiente, Lita era una persona más comunicativa y alegre gracia a ella, la rubia había sido la primera persona en aceptarlas sin importar su diferencia.

—Quiero aprisionar a Sailor Uranus—un jadeo de sorpresa de parte de Michiru no se hizo esperar, Kakyuu dio un paso al frente ante la mirada atónita de la sailor de los mares—: asesinaste a mi guardiana, la atacaste por la espalda sin darle tiempo a defenderse. No se en la tierra pero en Kinmoku y los reinos vecinos se considera traición.

—Ella es una de mis guardianas y ustedes no tienen derecho a ejercer su ley encima de ella—las palabras de Endimion solo causaron diversión en Mina—: deberías respetar Mina y tomar tu lugar.

—¿Mi lugar? Mi lugar es junto a mi mejor amiga, mi princesa pero ya no se donde esta ni siquiera se que será de ella—Kakyuu miró con tristeza a Mina—: ella tiene el derecho de apresar a Uranus, después de todo no son tus guardianas, son guerreras que defienden o eso pensé; a la princesa Serenity.

—¡No por favor! ¡No castiguen a Uranus!—Michiru se interpuso entre Uranus y los hermanos Kou, sin embargo la cadena de Venus la detuvo—: ¡Venus por favor!

—Desde hoy yo seré la líder de las outer y las inner, como tal dejaré que se lleven a sailor Uranus.

A Mina le dolía actuar de aquella forma, pero no podía hacer algo más, dejo que Taiki y Yaten apresaran Uranus ante la mirada sorprendida del resto de sus compañeras. Michiru se soltó de las cadenas corriendo junto a Haruka, la mirada perdida de la guardiana de Urano rompió su corazón.

Eclipse de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora