Capítulo 18

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¿Por qué estaba allí? La única razón que se daba para estar mirando la luna desde la torre de Tokio era el saber para que Serena deseaba verlo con urgencia, tenía la esperanza de que por fin hubiese tomado conciencia de las cosas y dejado atrás las ideas de venganza, por lo tanto la muerte de Seiya para ella debía haber dejado de ser importante, pero una parte de él le gritaba que estaba equivocandose —ella no me haría daño—. Con aquel pensamiento traicionero que rondaba su mente decidió dar media vuelta e irse de allí, pero entonces ante sus ojos azules apareció Sailor Adhara regalándole una sonrisa mientras de un portal tornasol salía la mujer que una vez dijo amar y ahora solo deseaba tenerla para obtener reconocimiento y todo el poder que le daría  la garantía de una larga vida sin preocupaciones, —es diferente—, y así era; Serena usaba un vestido gris adornado con un cinturón de oro adornado con diferentes piedras pequeñas en forma de estrellas, en su cuello descansaba un collar lleno de zafiros y diamantes, en su mano derecha se encontraba el cetro que normalmente usaba al estar transformada en Eternal Sailor Moon, su cabello peinado de la misma forma adornado con una diadema de oro.

Darién quería hablar pero por una vez su voz parecía haber desaparecido y sido reemplazada por nada más que el sonido de su respiración. La rubia en silencio se alejó de su compañera dando dos pasos hacia el frente, miro a su alrededor dandose cuenta que el príncipe de la tierra se encontraba solo.

—Serena...—por fin su voz encontró el camino para salir, la rubia alzó la mirada observando la luna llena de esa noche, las estrellas a su alrededor como si fuesen guardianas destinadas acompañarla por la eternidad.

—Es hermosa, ¿No crees? Hace mucho tiempo mientras miraba las estrellas alguien me dijo que todos tenemos una estrella en nuestro interior, esa noche mi corazón latió con tanta fuerza que vi una nueva oportunidad, una que no podía tomar—el moreno apretó sus manos con fuerza sintiendo que los guantes se  romperían con sus uñas—: ¿Qué piensas de algo así?

—¿Por qué quieres saberlo? Serena, no tiendo para que decir eso—la antigua guardiana de la luna dejo de mirar el firmamento para observarlo a él—: te amo Serena, arreglemos todo y vuelve a casa, tus padres están preocupados.

—¿Me amas? Siempre fui yo quien decía esas palabras...cuando quería oírlo de ti debía insistir hasta poder conseguir tu repuesta—Adhara miro con pena la escena ante ella, podía sentir el dolor de su madre y en ese momento sintió que ellos no merecían tener a su lado a una persona como ella, era cierto que su madre había tomado aquel reino por la fuerza pero al mismo tiempo trajo la prosperidad al planeta, no podía ocultar el hecho que acabo con la vida de su guardiana y al mismo tiempo congelo el reino de las flores doradas, pero muy a pesar de haber hecho aquellas cosas sintió que se arrepentía y deseaba por lo menos regresar Kinmoku a su antigua gloria despertando el reino del frío invierno. Sin embargo al ver la mirada fría de Endimion al decir una y otra vez que la amaba pudo notar que mentía y esperaba su madre no le diera una oportunidad.

—Podemos seguir adelante, las chicas perdonarán todo—Serena sonrió levemente, aquella sonrisa hizo sonreír al príncipe—: te prometo que todo estará bien, vamos cabeza de bombón.

Aquella palabra logro estremecer su corazón, quería oírla pero no de él, deseaba que los ojos zafiros que la miraban fijamente al decirlo fueron de otra persona. Llevo su mano izquierda hasta su cabeza sosteniéndola con fuerza.

—¡Alteza!—la rubia se sostuvo como pudo de su báculo mientras Adhara corría en su ayuda, pero en el instante que se acercó Serena le indico detenerse—: ¿Alteza?

—Estoy bien—y lo estaba, Serena había logrado contener el ataque de ansiedad que estuvo por sufrir al recordar a la persona que amaba. Darién miro la escena con cautela al darse cuenta que aún podía hacer que volviera en sí—: tú deseas ser rey, ¿Cierto?

Eclipse de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora