Eclipse de Luna

Capítulo 19

[...Elysion...]

Cuando era mucho más pequeña recordaba los días que en compañía de su padre caminaban de la mano frente aquel gran lago cristalino, sus tardes entre la hierba escuchando las historias sobre la famosa heroína Sailor Moon sin saber que en realidad era su madre, sus viajes a Elysion en compañía del rey consistían en descansar bajo la luz cálida del reino, disfrutar de la paz que producía la naturaleza que los rodeaba. Conoció en ese entonces a las sacerdotisas del reino pero nunca al famoso pegaso, aquello solo ocurrió durante su estancia en el siglo XX. Ahora después de mucho tiempo sin visitarlo regresaba buscando una forma de ser más fuerte, no estaba feliz con la idea de entrenar hasta el cansancio y poder fusionar ambos cristales, a pesar de no estar de acuerdo sabía que esa era la única solución fiable en todo el desastre que habían causado.

Siguiendo el mismo camino de Helios se adentro al templo de oración donde las sacerdotisas aguardaban la llegada de ambos, miro ambas jóvenes regalandoles una sonrisa. Ellas en cambio se hicieron a un lado enseñándoles el sagrado cristal dorado que en un momento perteneció a Endimion.

—¿Estas lista?—temerosa ante la pregunta del joven se acercó extendiendo sus manos hasta el cristal que supo reconocer de quién se trataba, Helios sonrió satisfecho al darse cuenta el cristal la reconocía como su legítima heredera.

—Nunca antes pude tenerlo en mis manos—susurro con asombro al sentir el poder que desprendía y aunque pudo reconocer no era tan poderoso como el cristal de plata no se atrevió a decir algo que pudiera ser tomado como una ofensa. El cristal rosa resplandeció ante ella reaccionando al brillo del otro—: ¿Qué pasará ahora?

—Tenia pensando que los viejos guardianes de tu padre te enseñaran a usar el poder de ambos pero aún no han llegado—Rini decidió sentarse en el suelo sosteniendo el cristal con su mano derecha mientras en la izquierda sostenía su broche con el cristal rosa—: tienes miedo.

—Mucho, porque pienso detener el caos en el futuro—su declaración no sorprendió al guardián, Helios intuía que ella deseaba volver a su tiempo—: quizás no volvamos a vernos.

—Posiblemente si, quizás no, recuerda pequeña dama que el destino es incierto y desde este punto ya no sabemos nada del futuro, algo que debió ser de esa forma desde el principio—la pelirosa estuvo de acuerdo con él, aunque lo había dicho muchas veces ya, no se cansaba de admitir que todo era su culpa por ir al pasado, sin embargo si en ese momento no lo hubiese hecho todo habría seguido un curso de destrucción que al final se cumplió de una forma distinta.

—¿Crees que vuelva a nacer?

El guardián permaneció en silencio pensando en una respuesta que darle, por más que deseaba decirle: sí. Él no conocía el futuro y así lo conociera no rompería las leyes nuevamente para asegurar algo. Suspiro calmadamente hasta sentarse a su lado, ambos se miraron a los ojos.

—Rini, solo preocúpate por ahora y no lo hagas por algo incierto.

La menor asintió dándole una sonrisa. El sonido de varias pisadas acercándose llamaron la atención de la joven, quién al mirar no pudo evitar sorprenderse pues ella los conocía de las viejas pinturas que habían en el salón de su padre en el castillo.

El castaño se acercó a ella haciendo una leve reverencia que sus compañeros imitaron.

—Ustedes son los Shitennou—Asintieron, sin necesidad de levantar la mirada podian sentir la intensidad con la que ella los observaba en silencio asimilado las cosas que sucedían—: quiero fusionar el poder de ambos cristales, ¿Qué puedo hacer?

Kunzite se acercó a la princesa tomando respetuosamente su mano derecha entre las suyas, el cristal dorado se encontraba en ella sin emitir ningún tipo de brillo extraordinario, —ella es su heredera—. Rini observó la expresión de duda del peliblanco. Kunzite suspiro levemente, tomo el cristal en sus manos antes de mirar a los ojos de la princesa de Tokio de cristal.