Epílogo

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Serena volvió a mirar las estrellas de esa noche sonriendo ligeramente, había pasado tanto tiempo desde que despertó en aquel reino donde Caos le ayudo a sanar cada una de sus heridas hasta perdonarse así misma y poder tomar el valor de verse con Seiya. Antes de encontrarse con él, Caos le explicó quién era en realidad, le hablo de su pasado en una línea de tiempo donde la persona que amaba dio su vida para que él pudiese vivir, algo similar a lo sucedido con ella con la única diferencia que Seiya lucho por alcanzar un hermoso futuro para la mujer que amo aunque eso conllevó a que él terminará solo con en aquella dimensión desconocida donde el tiempo era diferente.

Para Serena al principio era extraño hasta que con el pasar de los días comenzó albergar sentimientos auténticos hacia él, sin darse cuenta su corazón comenzó a latir por aquel joven de ojos zafiros, desde ese día que pudo ser sincera consigo misma y decirle cuánto lo amaba a él no al recuerdo de la persona que perdió pudo sentirse tranquila y tomar la desición de avanzar en su vida sin miedos a lo incierto.

La vida en aquel reino era tranquila aunque aveces extrañaba a sus amigas pero ellas habían decidió avanzar, eso le alegro. Ver a Mina casarse con kunzite fue algo que no espero, ese día en especial se arriesgó al asistir a la boda vestida como una monja que asistía al sacerdote en la iglesia, a pesar de las protestas de Seiya y su padre no obedeció y salió por primera vez del reino ocultando su apariencia y energía. En esa ocasión pidió un favor a su padre, la semilla estelar de Haruka había sido recuperada por su padre y sanada, Serena decidió darle a Michiru la alegría que ella le arrebató; una vez que estuvo en la tierra regreso la semilla estelar de Haruka a su forma original, la guardiana miro a rubia con una expresión confusa, la princesa no le dio explicaciones al verla, se limitó abrazarla y pedirle perdón antes de desvanecerse ante la incredula mirada de la guardiana, algo similar logro con Sailor Saturn la única diferencia fue que la semilla estelar de la pequeña acabo en el vientre de Setsuna, la morena acepto ser la madre de la joven luego de un sueño donde Serena le pedía aceptarla y darle una vida tranquila, si el destino de Hotaru era nuevamente despertar como Sailor así sería pero por el momento le bastaba que creciera como una niña feliz sin preocupaciones con una madre que la amaba.

Aunque al principio quiso regresar al príncipe Endimion desistió de la idea, su padre le había sugerido dejar que con él se cumpliera el ciclo normal y de esa forma todo los resentimiento y maldad que albergó terminarán desvaneciéndose hasta que fuese el momento para el regresar sin intervención de terceros.

Aquella fue la última vez que visitó la tierra. Por otro lado se sintió en deuda con los hijos que había creado y sin pedir permiso visitó aquel lejano planeta en la galaxia elíptica de Sagitario, para su sorpresa descubrió que el cristal de plata había otorgado la longevidad a sus habitantes y el planeta gozaba de paz, era próspero y sus habitantes felices. Reconoció el poder de Adhara y Arrius, ambos eran los protectores que se sentaban en el trono llevando a cabo la misión de cuidar del lugar. Ellos si la habían reconocido detrás de su disfraz, pero en lugar de ir a su encuentro le sonrieron deseándole felicidad.

Desde aquel día habían pasado cinco años y en ese tiempo el palacio de Caos gozaba de más vida, así como las risas que nunca pensó podría oír en sus dominios y no es que fuesen sus risas, en realidad provenían de una pequeña niña de ojos carmesí y cabellera platinada con algunos mechones negros. La menor tenía unos dos años, y para él era la criatura más hermosa que existía en el universo. Seiya y Serena le habían llamado Usagi para sorpresa de su abuelo, desde el día que abrió sus pequeños ojos no había momento del día que ellos no sintieran felicidad.

—Usagi esta dormida, ¿Por qué tú estás despierta?—los brazos de Seiya rodearon su cintura, Serena sonrió al sentirlo tan cerca—: ¿Sentiste algo?

—Te equivocas Usagi está despierta, papá juega con ella en el salón del tiempo—Seiya suspiro, cada noche era lo mismo, la menor despertaba y su abuelo se iba a jugar con ella hasta que se quedaba dormida en sus brazos—: sabes esta no es la vida que en el pasado soñé, es distinta y mucho mejor.

—Pienso igual, a decir verdad no encuentro una razón mejor que está para ser feliz. Si tuviese que pasar mil veces por lo mismo lo haría—Serena rompió a reír confundiendo al moreno—: ¿Es gracioso?

—No, pero es tan extraño todo lo que nos sucedió al final para llegar a esto.

Seiya asintió, cerro sus ojos disfrutando de la sensación de tenerla entre sus brazos como hacía cada día desde que estaban juntos. La rubia se estremeció al sentir un beso en su cuello.

—Deberíamos darle otro nieto a tu padre—ambos no pudieron evitar reírse—: ya que le gusta tanto ser el abuelo número uno...

—Creo que eso pronto se resolverá, una estrella ya se está formando—el moreno la giró hacia él mirándola con sorpresa, Serena llevo ambas manos a su vientre—: lo acabo de sentir.

El grito de felicidad de Seiya se escuchó por cada rincón del gran palacio, Caos sonrió al darse cuenta que el despistado de su amigo apenas se daba cuenta de las cosas que pasaban a su alrededor. La pequeña sentada en el piso jugando con un sinfín de peluches lo hizo sonreír divertido por la situación. Él un ser que hace muchos siglos atrás repudió la compañía y el tener familia al considerarla una molestia ahora vivía en un reino donde no había nada más que alegría y parecía que nada podría arruinarla.

Si miraba hacia atrás podía darse cuenta que sus acciones pasadas no eran más que producto del miedo que sentía al poder verse olvidado pero ahora las cosas para él eran completamente diferentes, tenía una familia gracias a un error que cometió al formar aquella semilla estelar con la reina del milenio de plata, al final aquello que pensó era un error no fue más que una bendición la cual le trajo un sinfín de alegrías a su vida.

—Abelo...—la atención de Caos regreso a la pequeña, quién sostenía entre sus brazos un pequeño conejo blanco. Caos se levantó de su asiento alzandola en brazos.

—Mi pequeña Usagi, te diré un secreto—la menor lo observaba con curiosidad—: tienes tanto poder como yo, algún día tomarás el mando del destino como la guardiana Destiny, pero no le digas a tu padre.

La pequeña rompió reír al sentir las cosquillas de su abuelo en su nariz, se abrazo a su cuello mientras esté la llevaba de regreso a su habitación. Caos miro de reojo una de las puertas del tiempo, aquella que conduciría a su nieta con el destino y solo esperaba que Seiya nunca lo supiera o quizás él y Serena serían capaces de darle una buena reprimienda.

[...]

Ahora sí llegamos al final de esta historia muchas gracias a todos por su apoyo. Nos leemos pronto(espero) en una nueva historia, por ahora solo es una idea que debo formar bien para poder subirla.

Que pasen una felices fiestas.

Eclipse de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora