Capítulo 12

228 17 17
                                    

Puertas del tiempo

Estaba decepcionada de si misma, por más que buscaba ver los cambios del tiempo no podía hacerlo y las puertas del tiempo se habían cerrado para ella —¿Por qué?—, volvió hacerse la misma pregunta sin tener una respuesta que terminara con la incógnita. Las tres puertas del tiempo ante ella parecían diferir una de la otra causándole infinita curiosidad al punto de sentir que de tanto pensar se volvería loca. Rini trataba de ayudarla sin lograr mucho, por lo que al final del día la pelirosa regresaba a casa de la guardiana del tiempo encontrándose con la familia Kou y es que la morena les había pedido quedarse con ella para no sentirse más sola en su propio hogar.

—Por favor padre del tiempo, dame una respuesta—se dejó caer ante las puertas  sosteniendo su báculo—: se que esto es en parte mi culpa por romper una de tus reglas pero merezco conocer los cambios que estan por venir.

—En realidad no lo mereces—la morena levantó la mirada al escuchar aquella voz y sentir una de las puertas abrirse—: ¿Cuanto tiempo más piensas venir a llorar aquí?

—¿Quién eres tú?—el enmascarado paso a su lado sin siquiera responder a su pregunta—: ¡No dejaré que des un paso más!

—Eso debiste hacer el día que la pequeña dama apareció aquí—Setsuna sintió como si algo la golpeara—: ese fue tú primer error, el segundo fue decirle como podías viajar en el tiempo, el último y al mismo tiempo más importante de tus errores fue el no cruzar la puerta para deterla, aunque no podias dejar tu lugar  debiste hacerlo y sabes porque; porque tú deber era impedir que alguien viajará al pasado o futuro.

—Ni siquiera se quién eres, no tienes derecho a juzgarme—las risas de su acompañante la confundieron.

—Puedo juzgarte todas las veces que yo quiera y no, no se te permitirá ver más allá—la guardiana no supo responder a sus palabras—: por más que llores o supliques una oportunidad no recibirás más que esta respuesta.

—Solo deseaba proteger a mis reyes, cuidar de la pequeña dama, debía proteger su felicidad y la de Tokio de Cristal, yo debía...

—No debías hacer nada, porque no le debías lealtad a esa niña—Setsuna acabo sorprendiendose—: tu lealtad era con tu deber, con la protectora del cristal de plata pero decidiste darle tu lealtad y fidelidad a una niña que no es capaz de usar ese poder sagrado.

—Yo...yo solo quería proteger nuestro futuro, el unico que existe.

—¿El único? Pobre ingenua, existen muchas líneas de tiempo e infinitas posibilidades, al romper la línea del tiempo creaste muchas más de las necesarias—Setsuna agacho la cabeza sintiéndose mal—: En este momento pasan diferentes cosas;  alguna de ellas han sido consumida hasta desaparecer mientras otras se mantienen y la puerta del tiempo fue sellada para siempre, otras se han conectado para un plan distinto...y en esta; ¿Qué piensa pasará?

—No lo sé—el enmascarado suspiro frustrado.

—Sailor Plut, tu castigo será no ver ni poder abrir las puerta del tiempo—la morena levantó la mirada topandose con unas orbes azules—: tampoco vas  recordarme al salir de aquí...

—Tú...—levantó su mano, una rafaga de aire la expulsó de la habitación del tiempo ante la incredulidad de la guardiana. Una risa divertida atrajo la atención del joven.

—¿Una máscara? Estuviste viendo ese lugar—se encogió de hombros, el niño se acercó  hasta él sosteniendo su mano—: ¿Qué sobrevive a la oscuridad?

—Quizás el amor y la esperanza, solo ellos pueden abrirse paso—ambos miraron al vacío—: ¿Crees que puedan salir de esto?

—¿Por qué me lo preguntas?—el ojiazul sonrío divertido—: vale, si lo se y tu igual no se para que gastas saliva con preguntas estúpidas.

Eclipse de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora