•Dulce Alfa•|| Yoonmin || Omegaverse

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Narrador Omnisciente

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El camino era largo, tanto así que JiMin se quedó dormido lo que faltaba por recorrer.

YoonGi se encontraba ansioso por mostrarle aquel bello lugar al Omega, esperaba que le fascinará tanto como cuando el lo descubrió por primera vez.

Aún no llegaban completamente al lugar pero no podían seguir avanzando con el carro, así que Min se estacionó en un buen lugar y apagó el automóvil.

Volteo a ver a ese lindo chico que robaba sus suspiros y lo encontró durmiendo, y a decir verdad, se veía tan jodidamente hermoso así, solo durmiendo.

Bueno, ¿En qué momento Park no se veía hermoso?.

JiMin se encontraba con el cinturón de seguridad recargado en la ventana del auto con sus ojos cerrados, sus largas pestañas chocando contra sus mejillas las cuales estaban tintadas de un leve color rojo al igual que su pequeña nariz, sus carnosos labios entreabiertos y su cabello rosa algo desordenado.

¿Podía enmarcar aquella imagen que sus ojos estaban apreciando? El Alfa estaba tan fascinado con esa imagen de el de cabellos rosados, quería guardarla para siempre.

Ahí se quedó apreciando la vista un par de minutos, lo hacía porque le encantaba y porque no quería despertar al menor de su profundo sueño.

E iba a admirarlo por más tiempo, pero el Omega comenzó a removerse en su lugar y el solo hizo como si estuviera a punto de quitarse el cinturón de seguridad, no como si todos esos quince minutos se la haya pasado mirándolo.

- YoonGi... ¿Ya llegamos? - Pregunto Park, con una voz somnolienta.

- No pero tenemos que bajar aquí, no podemos llegar con el auto así que tendremos que ir caminando - Explico.

- De acuerdo - Contesto mientras se estiraba un poco.

Min salió del automóvil e inmediatamente fue hacia el lado contrario del auto para abrirle la puerta a JiMin quién agradeció algo tímido, realmente el Alfa era muy atento y espontáneo.

- Por cierto, lamento quedarme dormido, estaba algo cansado - Se disculpo avergonzado.

- No te preocupes Minnie, yo entiendo, no tienes porque avergonzarte y te entiendo, ¿Quién no aprovecharía una buena siesta? - Respondió.

- Tienes razón - Ambos rieron.

Y así comenzaron avanzar, con unas enormes sonrisas pintadas en sus rostros al estar con una persona que hacía que sus latidos aumentaran y que sus mentes se convirtieran en un lío.

JiMin observo a su alrededor percatando se de que se encontraban en lo que al parecer era un bosque, pero este no era tenebroso, por alguna razón ese se sentía especialmente pacífico considerando que a Park siempre le parecieron escalofriantes.

Al lado de JiMin iba el azabache quién también se encontraba mirando a su alrededor a pesar de casi conocerlo como la palma de su mano, el iba seguidamente a ese lugar y nunca se lo había mostrado a alguien.

No se lo había mostrado a nadie porque en ese tiempo aún no encontraba a esa persona especial con quién quisiera compartir las cosas especiales para el.