Capítulo 11

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Quiero informarles, que le hice unos pequeños cambios a algunas cosas del capitulo 9. Los cambios que le hice, fueron porque, la relacion de amistad de Madai y Gregorie, mas adelante será mas desarrollada y conoceremos mas de como es que se fue desarrollando la confianza entre ellos.

Sin mas que decir, disfruten su lectura :)

Narrador omnisciente

Ahora que la reina Lacrontte estaba tranquila y no tenía preocupaciones, ni tampoco tenía un cansancio excesivo como ella pensó que sería después de la coronación, se dispuso a dormir. Pero había un pequeño problema, su cama le resultaba incómoda. Estaba demasiado dura para su gusto.

El día anterior ni siquiera lo noto porque cuando llego al palacio, ya estaba dormida. 

Fue Magnus quien la llevo en sus brazos hasta su nueva habitación.

-Joder, esta cama está demasiado dura.-dio vuelva sobre el colchón.

Madai sentía como si estuviera directamente acostada sobre la base de la cama.

-Ya veo porque Magnus tiene un humor de mierda.-dijo mientras volvía a girar sobre el colchón.-Seguramente su cama está igual de tiesa y por eso no duerme bien y tiene un humor tan del asco.

Remueve su almohada tratando de acomodarla, esperando que eso le ayudara a estar más cómoda.

-Podre quedar con la columna desviada, pero no con torticolis.

Roto por toda la cama en busca de una posición en la que pudiera estar cómoda pero las horas pasaban y no lo conseguía. 

Sabía que mañana despertaría con un humor espantoso, era de saberse que, si no dormía,  no estaría de buenas y ella no quería que el pobre Francis tuviera que soportar su mal carácter. 

Ya mucho tenía el pobre hombre con tener que soportar el del rey Lacrontte.

Hasta que dieron las cuatro de la mañana, ella pudo conciliar el sueño.

Fue despertada por una de sus mucamas, unas horas después.

-¿Qué hora es?-pregunto mientras se cubría el rostro con una almohada.

-Las ocho, majestad.-contesto Alison.

Ella se puso a maldecir en varios idiomas mientras se preguntaba así misma, por qué no mejor durmió en el piso.

Seguramente hubiera descansado más horas que en esa maldita cama.

-¿Dónde está el rey?

A regañadientes se puso de pie para poder tomar una ducha y despabilarse un poco, aunque sabía que no serviría de nada. 

Su humor ya estaba jodido.

-En su habitación, aún está preparándose.

Ni siquiera quería verle la cara a ese hombre.

Estaba segura que en cuanto lo viera, lo insultaría en todos los idiomas que conocía. Si de por sí su sola presencia la irritaba con normalidad, no quería descubrir que pasaría ahora que no tiene un buen humor.

-Muchas gracias, Alison. No te preocupes por ayudarme, yo sola puedo hacerlo.

No le caía mal una ayuda extra, pero no quería desquitar su mal humor con ella.

-¿Está segura?

Ella asintió.

-Sí, no te preocupes.-le sonrió.

Su doncella solo hizo una reverencia y salió de su habitación.

Madai se dirigió al baño. 

Hizo sus necesidades fisiológicas y después se desvistió, para posteriormente entrar en la ducha.

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