Capítulo XL El plan

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Albert~

—El plan no es tan sencillo —dice Terry y se acerca más a mí—. El señor Almaraz, le dirá a Elroy que necesita más dinero para poder escapar de Inglaterra.

—¿Ese es el doctor que le ayudó a Elroy a fingir su muerte? —cuestiono. Terry asiente a mi pregunta. Bien decía que el nombre se me hace conocido —. Pero, ¿cómo? Quiero decir, ¿cómo es que va a comunicarse con ella?

—Elroy le dejo un número de emergencia por si acaso —explica Terry—. Pero tenemos el problema de que quizas dio un número falso, entonces ahí si se nos va el plan a la ruina.

Diablos. Conociendo a esa mujer, bien pudo haber engañado al su mismo cómplice y darle un número falso.

—No he querido hacer el siguiente paso sin tener tu autorización y que estes de acuerdo en el plan —asegura Terrence.

—Estoy de acuerdo y puedes proceder cuando quieras, de ser posible hoy mismo —respondo. Pueda que yo no haya hecho mucho en estos días por salvar a Silvia, pero si Terry ya tiene en mente un plan y ya está todo listo, no seré yo, el que retrase la ejecución de ese plan.

—Muy bien, hoy mismo lo haremos entre menos tiempo perdamos mejor —dice y no puedo estar más de acuerdo con él.

—¡Señores, la señorita Kleiss ha despertado! —dice una enfermera entrando en mi habitación-. Se ha despertado, pero se ha puesto mal al recordar que le quitaron a su hija.

Me levanto y salgo del cuarto al igual que Terry, para ver a Karen.

—Debieron de haberle negado que eso sucedió —cometa Terry enojado, y la enfermere agacha la cabeza—. Karen aún se está recuperando, y esto puede que solo le provoqué una recaída para su salud.

—Lo siento mucho señor Grandchester —se disculpa la enfermera.

—¡Necesito ver a mi hija! ¡¿Dónde está?! —Son los primeros gritos que oigo de Karen.

Entro a su cuarto y la escena que encuentro ahí adentro solo aumentan la culpabilidad que vengo sintiendo desde hace cinco días.

El doctor tratando de tranquilizar a Karen y las enfermeras agarrándole los brazos y las piernas, para evitar que levante.

—Karen —la llamo y su mirada se enfoca en mí—. Tranquila, todo va a estar bien.

—Tienes que tranquilizarte Karen.

—¿Cómo demonios me piden tranquilidad cuando esa mujer se ha llevado a mi hija? —cuestiona enojada.

—Terry ya se está encargando de todo —le aseguro a Karen deseando que así se tranquilice un poco—. Tenemos que confiar que todo va estar bien y pronto tendremos a Silvia nuevamente con nosotros.

—¿Es que ustedes no lo entienden? —pregunta llorando—. Esa mujer me odia, me odia tanto que quizás en este momento Silvia... mi hija... mi niña —la voz se le corta, como si no pudiera pronunciar lo que piensa—… puede estar muerta.

No.

Elroy puede ser la peor persona del mundo, pero niego a creer que es tan malévola para matar a una niña que nunca le ha hecho daño alguno.

No me atrevo a acercarme a ella, pero Terry si lo hace, se acerca a ella y le coloca sus dos manos en las mejillas de Karen para que lo vea.

—Mírame y escúchame bien, Karen. Te prometo que ninguno de nosotros va a descansar hasta que Silvia regrese sana y salva.  

—Confía en Terry —dice Candy entrando en la habitación y acercándose donde se encuentran Karen y Terry—. Confía, y tú tienes que poner de tu parte parque cuando Silvia regrese te encuentre bien.

Entre el amor y el deber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora