Historias de personaje x reader sobre genshin impact.
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Escribo esto con el único...
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Era un día soleado, con pajarillos cantando y él caminaba tranquilamente sin la compañía de paimon. Estaba sumergido en sus pensamientos, pensando en sus próximos planes y en lo que debía hacer para poder localizar a su hermana, hasta que fue interrumpido por un estruendo.
Cuando se acercó curioso, no vio más que a ti cubierta de hojas, mientras te quejaban del dolor en su retaguardia. Habías intentado escalar un árbol en busca de una manzana y después de dar un paso en falso, caiste en seco sobre tu trasero. Aether corrió para ayudarte tan rápido como pudo, cosa a la que le diste gracias casi de inmediato.
—Dios que dolor... Creo que no podré volver a sentarme en un siglo.
—Descuida, buscaré ayuda de inmediato. —Te cargo en su espalda y corrió hacia la ciudad en busca de ayuda a pesar de que ya no te dolía.
Kaeya
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El capitán de caballería, un hombre mas que intrigante, quien solía dar algunos paseos de vez en cuando por las calles de mondstadt. Quienes le miraban tan elegante como un pavo real, decían que definitivamente era un hombre de carácter, uno que no dudaba en encantar a las damas lugareñas con sus finos encantos. Tu no era muy diferente a las damas enamoradas, sin duda la apariencia de Kaeya te había dejado completamente perpleja y por ello tu carrera como artista se empeño en captar la apariencia hermosa de Kaeya. Pasabas meses puliendo esculturas finamente detalladas que al final del día terminaban por no convencerte del todo, pintaba lienzos donde Kaeya lucia en su mas pura y hermosa presencia, sin embargo no quedabas satisfecha.
Un día en el que no podías concentrarte adecuadamente en una escultura debido a la falta de material, decidiste salir por unos encargos previos que habías pedido a tu proveedor. Apenas saliste sentiste el ambiente alegre de mondstadt, sin embargo no te detuviste a admirar las pintorescas calles, solo continuaste tu camino por la multitud de las tres de la tarde hasta llegar a la tienda. Había mas gente de lo usual, así que procuraste no mirar a nada mas que el suelo hasta que pudiste ponerte frente a frente en el mostrador. El dueño del local no tuvo que decir mucho y solo camino a la parte trasera para darte lo que necesitabas, poco a poco poniendo una pequeña montaña de materiales frente a ti. Sin mirar mas que las cosas que iban poniendo frente a ti, apenas y notaste una presencia a tu lado.
