Aether

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Alguna vez, una humana se enamoro de un ángel, una joven que no tenía nada de especial, ni siquiera un destino importante, vio los dorados cabellos del joven angel que se le presento como una corta manifestación.

Dios había mandado a uno de sus mas hermosos ángeles, a un reino que había quedado destruido por la guerra, las personas morían cada día y era rara la vez en la que se podía comer. T/N podía ver la miseria todos los días, pues al trabajar enviando los medicamentos que le encargaban a su madre, una hechicera menor, debía atender también a los enfermos. Las plagas habían acabado con las cosechas y los nobles estaban tratando de no perder su estatus, todo era un caos. Un día, del cielo bajo una luz que decoro los cielos, las personas pensaban que finalmente habían muerto todos, sin embargo, un joven de apariencia limpia y cabello brillante, bajo cuidadosamente, moviendo sus delicadas alas doradas.

“Desde hoy esté reino estará protegido por Dios”

Las personas reían en un tipo de felicidad y alivio, los inocentes dejarían de morir y los nobles dejarian de esforzarse por no caer en la miseria. Cuando Aether se anunció en la capital, ella estaba entre la multitud, desde su lugar había quedado completamente adormecida. No era el sentimiento de devoción lo que sentía, no era porque fuese un ser que debía respetar pues era uno de los enviados del cielo, sentía amor, como si en su corazón hubiese nacido el más egoísta de los sentimientos, la necesidad de amarlo.

La situación en el reino había mejorado considerablemente, la prosperidad que se vivía era demasiado buena, ya no habían personas muriendo de hambre, el tratamiento resultaba ser más eficiente. Al vivir a las afueras de la ciudad con su madre, no podía sentir mucho el peso de las cosas que habían cambiado, sin embargo fue bueno, pues su madre ya no tendría que trabajar hasta tan tarde haciendo medicinas. T/N pensaba que las cosas solo mejorarian con el paso del tiempo, sin embargo algo paso.

—¿Podrías ir a recolectar algunos hongos? —Su madre le hablo desde la mesa de la cocina, mientras en una canasta tiraba algunas hojas de menta. Su madre era una talentosa herborista, no sabía que clase de educación había recibido, pero las personas se curaban de forma asombrosa cada vez que ella daba alguna droga. Aunque por la reciente crisis que hubo en el reino, la medicina se convirtió en algo complejo y que algunas veces no hacía el efecto esperado, T/N aún seguía sorprendida de la buena vida que llevaron aún cuando estaban en tal momento.

Si miraba al pasado, T/N solo tuvo a su madre, una mujer no muy cariñosa pero si lo suficientemente amable, inteligente y hábil, sin embargo no sabía mucho de ella. No sabía quién era su padre, no sabía si su madre tenía más familia, no sabía en dónde había nacido o cómo había llegado hasta el reino. La mujer con la que convivio por dieciocho años de su vida era alguien con un pasado desconocido.

T/N tomo una canasta con correas que usaba para recolectar las hierbas para las medicinas y para las comidas. Cuando su madre estaba ocupada, ella se encargaba de hacer el trabajo más simple, aprendía día a día de su madre e incluso los mandados pequeños eran importantes fuentes de aprendizaje.

Salió de la saca con pasos despreocupados, el atardecer ya estaba empezando a ponerse en la ciudad, el sol se escondía con suavidad y las aves volvían a sus nidos. En el campo donde ella vivía, el bosque no era demasiado peligroso más allá de los animales salvajes, T/N tenía unas hermosas vistas de la capital del reino, el campo verde, el bosque y el cielo.

La tranquilidad con la que estaba acostumbrada a vivir, a veces aunque le parecía un poco aburrida, no deseaba codiciar algo más. No necesitaba el poder, no necesitaba la atención ni tener dinero o un título, esas cosas no le importaban mucho.

Estaba caminando por el bosque, la profundidad a la que debía llegar, aunque era considerable, tenía un buen sentido de la orientación y siempre regresaba a su casa por el camino correcto. Aún cuando entre los árboles ya no podía distinguir mucho, la lámpara de cristales que llevaba consigo le ayudaba a ver el camino. Sus pasos se escuchaban acompañados del canto de los búhos, el aullido de los lobos y alguna que otra ardilla que estaba regresando a su madriguera. Estaba absorta observando el suelo en busca de más hongos para llevarle a su madre, hasta que el sonido del agua captó su atención.

Lovely Wish ~» Genshin Impact +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora