Tartaglia [2]

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Los días seguidos a la llegada del nuevo padre, todo estuvo increíblemente más tranquilo de lo que se imagino. T/N hacía todo lo posible por no encontrarlo, esquivo todas sus obligaciones dónde tuviese que verse con el padre, de tal modo que quedó completamente atrapada en la limpieza del pasillo y el cuidado de los niños.

A ojos externos, se veía más como si T/N estuviera completamente comprometida con los huérfanos, pero la realidad era que se moría de miedo. Vivía con la ansiedad constante, cada que doblaba una esquina, cada de entraba a la habitación de los huérfanos y cada que en las noches debía acudir al baño. T/N escuchaba por parte de las hermanas, que en realidad Ajax era un excelente padre, atento con la comunidad y se veía muy interesado en el pueblo y en la catedral, inclusive estaba activamente al tanto de todo lo que pasaba con los huérfanos, desde adopciones hasta los niños que venían de otros orfanatos.

No importaba que tantas buenas cosas hiciera, ella tenía una mala sensación.

Entonces llegó el día, los lunes de eucaristía, usualmente se hacía una pequeña ceremonia y eventualmente las monjas se quedaban orando el rosario por alrededor de hora y media. No importaba si la monja tenía otras labores, siempre se debía orar el rosario y para respetar los tiempos, cada una tenía un horario diferente. Tal vez fue su error, realmente no lo estaba pensando bien en todas las ocasiones que cedió su horario. Su idea era que tal vez a horas de la noche antes de que terminara por completo el día, ella podía ir y realizar su oración sin la ansiedad de que el padre estuviera rondando por ahí.

En el umbral del salón, con su pequeño testamento en la mano y su relicario, se daba cuenta que en realidad había cometido una gran estupidez. Las monjas ya habían salido de sus oraciones y estaban acostando a los huérfanos al otro lado de la catedral o directamente ya estarían durmiendo. Se aseguro de escuchar cuando el padre se iría a su despacho que quedaba en su misma habitación, pero nunca podría estar segura de si misma.

Dió un paso diminuto, no podría saltarse para siempre el rosario, directamente estaría realizando una falta y no estaba con muchos ánimos de recitar una y otra vez la alabanza a la Tsaritsa.

Cuando se armó completamente de valor, se arrodilló frente al templo y relajo sus músculos y empezó su oración. Susurraba con sus manos cerca de sus labios, firmemente apretadas entre si. Pasaron alrededor de veinte minutos cuando ya estaba recuperando la confianza, escuchando como la llama de las velas temblaba tan levemente y a su vez pensando en su discurso.

Un escalofrío le recorrió la espalda, rápidamente abrio los ojos, las velas templaron con fuerza y cuando se dió la vuelta, alguien la miraba desde la puerta.

—¿No es un poco tarde para que estés predicando el rosario? —Era la voz dulce de bárbara, pero no podía distinguirla bien.

—Yo... Estuve ocupada en el día, hermana bárbara. —Se levantó del suelo limpiando sus rodillas.

—¿Hermana bárbara? —La voz dulce se distorsiono a la vez que los pasos empezaban a escucharse más cerca. De la oscuridad hacia la poca luz de las velas, ahí estaba el padre Ajax. Sus piernas temblaron, estaba segura de que escucho la voz de bárbara, no había duda alguna.

—Pa-padre pensé que estaba en su despacho. —Viendolo así, Ajax era bastante hermoso, sus facciones eran delicadamente masculinas y parecía tener un cuerpo marcado. Incluso con miedo de algún modo sus ojos no dejaban de examinarlo ¿Que mierda hacía?

—Bueno, siempre es agradable dar un paseo por la catedral. —Empezo a caminar lentamente hacia las paredes con las velas y con solo sus dedos empezó a apagarlas lentamente. —¿Hay algo que te inquiete?

—¿Que me inquiete?

—Asi es, pareces alterada, más de lo habitual. —T/N se quedó muda, tan solo siguiendo sus movimientos con la mirada. —No es usual en ti, quiero decir, te esfuerzas mucho para reprimirte.

—¿De que habla padre? —Para este momento Ajax ya había apagado la mitad de las velas.

—Llegasta cuando tenías unos cinco años, padres difíciles, no es raro en realidad. Un comportamiento callado y un tanto reservado, tenías cara de indisposición pero aún así lo hacías porque necesitabas sobrevivir. —Ajax hablaba con una voz tranquila, una sonrisa juguetona en sus labios, esos ojos sin brillo no la miraban pero se sentía pequeña en su lugar. —Te hiciste monja pero quieres huir, divertirte, experimentar.

—¿Qué es usted? —T/N logro decir aún con un nudo en la garganta y una sensación que le recorría el cuerpo y le hacía sudar frío.

—Soy el padre Ajax, todos pueden confiar en mi ¿Pero los creyentes pueden confiar en si mismos? Tu eres una mujer devota pero ¿Es por qué quieres o por qué te toca? —Ajax había apagado casi todas las velas y dejando unas cuantas encendidas el la miro y T/N sintió un ardor quemando todo su cuerpo. —Las mujeres como tú son definitivamente muy estimulantes. —Un vestigio de brillo lujurioso se apoderó de los ojos de Ajax. —Podemos ver cuánto tarde en flaquear tu fe, sigues convencida de que esto es lo que eres, cuando todas las noches deseas demasiado pecar.

Y entonces las velas se apagaron y la oscuridad se trago su vista. Retrocedió levemente pero se chocó contra algo o más bien alguien, era un calor corporal en dónde quería quedarse. Estaba dudando, su cabeza era un lio, es verdad muchas veces deseo usar sus manos para quitar un poco de la carga, pero se negaba rotundamente aunque lo deseara, aunque su cuerpo ardiera con vigor durante las misas o su mente viajará momentáneamente hacia el deseo mientras limpiaba los salones de oración.

—No hay nada aquí para ti. —Ajax susurro cerca de su oreja con suavidad. —Se sincera contigo misma y dime cuánto lo quieres.

T/N cerró sus ojos, sintió algún tipo de electricidad por cada pequeña parte de su cuerpo y la ropa interior empezaba a sentirse húmeda. Quería ser tocada, quería ser deseada y estaba siendo tentada hasta el último gramo de su voluntad.

Sintió como en el fondo de sus pensamientos alguien llamaba por su nombre, cada vez mas y más cerca.

—¡Hermana T/N! —Abrio sus ojos rápidamente, estaba de rodillas aún con su postura de oración. Bárbara en un camisón, le veía con preocupación. —¿Te encuentras bien? —T/N estaba perdido ¿Que acababa de pasar? —Ya son las doce y media, no deberías estar aquí aún, ven, vamos al cuarto.

T/N la miro por unos segundos, algo se había encendido dentro de ella.

—Lo siento. —Sonrio. —Me perdí orando. —Ese algo ya no podía ser apagado.

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Lovely Wish ~» Genshin Impact +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora