Again | Harry Styles

treinta y cuatro

~ Scarlett ~

Sus manos levantaron de poco a poco mi blusa, sintiendo sus fríos dedos recorriendo mi estomago, dándole círculos imaginarios sobre éste. Solté un jadeo sobre sus labios y mi espalda se arqueó, sintiendo varios pinchazos sobre mis costillas, a lo cual gemí de dolor.  

—¿Estás bien?— se apartó del beso y me miró directo a los ojos, yo asentí y él medio me sonrió, apartándose un poco.

—Quiero hacerlo Scar, pero no quiero lastimarte ya que aún estás herida— me acomodó la blusa y yo me senté sobre el sofá en silencio y sintiendo un poco de vergüenza. —No quiero hacerte daño y apuesto que no estás totalmente segura de hacerlo conmigo— besó mi frente.

—¿Qué? No, no— negué, y mis mejillas enrojecieron —Estuve segura Louis, sólo que tenía un poco de miedo. Nunca antes me había acostado con otro, siempre fue Harry el único.

Mi voz se quebró, recordando todas las veces que Harry me hacía suya y me hacía sentir tan delicada y hermosa con sus toques. Aún recordaba sus palabras tan bellas que me susurraba en el oído cada vez que me hacía el amor. Siempre me hacía sentir tan especial y única, y ahora que lo recuerdo todo, me entran unas horribles ganas de llorar.  

—Sé lo que sientes ahora, por favor no llores, linda— me abrazó, murmurando en mi oído —Ve arriba y descansa, que lo necesitas.

—¿Y dónde dormirás tú?— le miré y él apartó mi cabello que se posaba en mi rostro anteriormente —Charlotte de seguro dormirá en mi cuarto y...

—Y yo en el sofá, no te preocupes— me sonrió —Tu mamá me prestó unas colchas, así que no hay problema. Ve y descansa, Scar.

—Está bien, pero si te sientes incomodo ven a mi habitación y te doy un espacio— me paré del sofá —Duerme bien Louis, te quiero— besé su mejilla, ambos sonreírnos y yo me marché a la planta de arriba.  

Llegué a la habitación y entre siendo muy silenciosa para no despertar a mi amiga, pero ahí la vi sentada en la orilla de mi cama, viéndome ansiosa. Cerré la puerta y me senté a su lado, viéndola raro. De seguro ella vio todo de lo que ocurrió abajo, estoy muy segura de eso, conociéndola como es.

—Venga, cuéntame todo— sonrió, alzando sus cejas de arriba hacia abajo, yo reí y negué al ver que ella no cambiaba —Y eso sí, no vi casi nada por si crees que los espiaba. Nada más los vi besándose y luego me vine hasta aquí.   

—No ocurrió nada, enserio— admití, ella miró mi cuello y supe al instante que de seguro tenía una marca —Sólo unos cuantos besos y ya, nada más. Aún estoy adolorida, y bueno, no quiso lastimarme.

—¿Y de verdad querías que él te follara?— me miró sorprendida.

—¡Charlotte!— fruncí mis cejas y ella rió despacio, siendo silenciosa ya que todos estaban de seguro dormidos.

—Bueno, ya ya. Pero, ¿Querías enserio acostarte con otro hombre que no fuera Harry?

—Harry por ahora es mi pasado, y bueno... estaba muy necesitada, me sentía terriblemente necesitada, y quiero a Louis, no sé exactamente como... pero quería que él... me tocara.— le miré angustiada y ella sonrió divertida por mi reacción asustada.

—Es normal en las embarazadas, sus hormonas se alborotan y se vuelven todas unas locas cachondas— se burló y yo me sonrojé.

—¿Enserio crees que es por eso? ¿y si... me gusta?

—Vamos, he tenido varias amigas embarazadas y ellas se sienten así al respecto, solamente quieren tener sexo a cada rato. Tú sólo estás pasando por esas etapas y estás confundida. ¿Tú amas aún a Harry, cierto?— asentí, atenta a lo que me decía —¿Ves? sólo tus hormonas están descontroladas, no quieres a Louis de esa manera.

—Durmamos y ya— entré a las sabanas y apagué la lámpara cuando ya estaba acostada.

*****

Amarré mi cabello en una coleta, y me coloqué por último mi abrigo verde ya que hacía bastante frío afuera. Iba a salir, aún era de mañana pero sentí esas ganas de salir a caminar por un rato. Yo se que debería de reposar en cama, pero ya había estado bastante tiempo en cama que sentía que me aburría, yo sólo quería despejar mi mente, quería caminar aunque sea por un rato.

Salí de casa, entreabrí mis labios y humo caliente salió de ellos. Era una mañana bastante fría, pero estaba bien cubierta. Caminé despacio, haciendo mi primer parada en el parque, solitario, por lo que veía. Fui hasta el árbol, el mismo en el que siempre solía sentarme antes a leer libros, a llorar por aquellos malos días en la escuela, y sobre todo, cuando venía con Harry aquí para hablar sobre nuestras vidas. Como extrañaba todo esto, como extrañaba cuando éramos los de antes. Me fui de ahí para irme al lugar que siempre he querido evitar toda mi vida: la preparatoria. Pero quería estar ahí, quería ver lo mucho o lo poco que ha cambiado.

Demoré unos cuantos minutos en llegar, ya que la escuela no estaba tan lejos. Y por fin, estuve frente a ese lugar, lo estaba viendo. Y no cambió, no había diferencia alguna. Miraba a adolescentes entrar y salir de la escuela, e imagines mías vagaron por mi mente, saliendo yo de la preparatoria con mi mochila y libros en mano. Reí en mis adentros, ¿qué ha sido de todos aquellos compañeros que tuve en mi generación? Yo realmente no quería pensarlo, no de aquellos idiotas que hicieron una parte de mi vida miserable.

Sin pensarlo, entré a la escuela y miré los largos pasillos vacíos ya que de seguro todos estaban en sus aulas. Nada es diferente, todo es igual. Caminé hasta la biblioteca, entrando silenciosamente, ya que de alguna manera pensé que la anciana amargada me gritaría para que hiciera silencio, pero no fue así, sino, ahora había otro señor que remplazaba su lugar.

—Buenos días— murmuré y él asintió con una sonrisa.

Cogí un libro al azar y leí sobre las sillas y las mesitas el libro que tenía en manos. No lo terminé, porque me fui de ahí ya que llevaba tiempo y además, sólo pensaba en Harry en todo lo que veía. Salí de la preparatoria, sintiendo lágrimas caer por mis mejillas, yo ya no quería ver más.

—¡Scarlett, sabía que estabas por aquí!— le  oí, levanté mi cabeza para verlo y ahí lo miré, frente a mí.

—¿Harry? ¿Q-qué haces aquí?— murmuré, yo no podía dejar de soltar lágrimas.

De pronto, empezó a nevar de poquito a poquito, hasta que se vino fuerte. Harry corrió hacia mí, abrazándome de la cintura y llevándome hacía una esquina techada, sin despegarse del abrazo.

 —Escucha, tú sabes lo mucho que te amo y lo admito, tuvimos errores, yo los tuve— cogió mi rostro con sus manos y viéndome directamente a los ojos —Pero quiero que sepas que yo sin ti no vivo, Scarlett. Puede sonar tan jodido pero es verdad, te amo, quiero estar contigo cada minuto de mi vida... no puedo soportarlo, te amo bastante— lloró, sin despegar su mirada de la mía —Déjame explicarte y entenderás que...

—Explica lo que quieras, pero ya me he cansado Harry— sorbí mi nariz —No te daré otra oportunidad, no te dejaré que me lastimes de nuevo.