once

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~ Scarlett ~

Era temprano cuando estábamos en el aeropuerto. Charlotte vino a despedirse, horas después llegaron Matt y Amelia juntos para desprenderse de nosotros. Pude sentir esa gran tensión entre mis amigos, y aunque conocía bien a Charlotte, yo sabía que ella solo quería irse huyendo pero no lo hizo por estar conmigo.

Abrazos y más abrazos recibimos por parte de ellos cuando llamaron nuestro vuelo. Cogimos nuestro equipaje y partimos hacia el avión. Sentía todo esto como algo irreal, aunque mantuve mis pies sobre la tierra, seguía pensando que esto solo es un sueño, uno de los que nunca quisieras despertar.

Las horas en el avión fueron largas, más sin embargo ya no podía dormir más, ya había dormido dos horas mientras Harry estaba despierto. Ahora él se encontraba dormido y yo despierta viendo fijamente la ventana, mis ojos se sentían pesados aunque ya no tuviera más sueño.

Me paré del asiento sin despertar a Harry cuando sentí ese horrible mareo, fui al baño y vomité todo lo que había desayunado. Me sentía realmente enferma, tal vez ir en avión no era lo mío, me mareaba fácilmente.

Regresé a mi asiento y Harry estaba despierto, mantenía esa expresión preocupada sobre su rostro. Reí un poco y me acerqué a él con una sonrisa divertida, él me miró y su rostro se relajó de alivio.

—Me asustaste, ¿en dónde estabas?— preguntó entre pequeñas risas, yo me acerqué a él y me senté en mi asiento, muy apegada a él.

—En el baño, ¿ha donde más puedo ir?— carcajeo y él frunce su rostro mostrando estar enojado, pero obviamente bromeando.

—¿Estás burlándote de mi?— cuestionó haciendo un falso berrinche, yo negué divertida y él rió por mi gesto burlesco.

—Nop— me recargué sobre mi asiento e intenté reconciliar el sueño.

—¿Estás bien?— preguntó con preocupación.

—¿A qué te refieres?— abro mis ojos y veo un poco de preocupación en los suyos.

—Te ves demasiado pálida.

—Oh eso, bueno me mareé estando aquí— contesté y él asintió acariciando mi rostro entre sus manos. Amaba cuando hacía eso, me hacía sentir protegida con tan solo un toque.

Me besó la comisura de mis labios, y se fue acercando hasta llegar por completo a mis labios. Cerré mis ojos disfrutando su acto, yo tomé su rostro entre mis manos igual y empecé darle suaves caricias, tal y como él lo hacía conmigo.

—Te amo

—Yo también te amo— murmuré apegándome más a él.

Dormí un rato, y Harry lo hizo igual acostándose sobre mi hombro, acurrucándose. Cuando desperté, faltaba poco para aterrizar, y desperté a Harry para que nos aprovecháramos los cinturones como la azafata nos indicó.

Aterrizamos, y bajamos del avión sintiendo una adrenalina correr por mis venas. Me giré a ver a Harry y no pude evitar besarlo con fuerza, sosteniéndome firmemente sobre sus hombros, él se sorprendió por mi inesperado beso pero no dudo en seguirlo dejando nuestros cosas en el suelo y continuar nuestro desesperado beso juntando sus manos con las mías.

—¿Estamos en París?— murmuré chocando suavemente nuestras frentes, mi voz sonaba tan sentimental, en cualquier momento lloraría —Gracias Harry, te amo y no sabes cuánto. No solo por estar aquí, sino, por todo lo que has hecho por mi, por siempre estar ahí conmigo. Te amo por eso y mil razones más. 

—No llores mi amor, no tienes que agradecer nada, con el simple hecho de que estemos los dos juntos— limpió mis lágrimas derramabas por mis mejillas, reí ante lo patética que me veía. Harry besó mi frente y sonrió con ternura al ver mis ojos empapados —Vas a ver que la pasaremos genial, por favor no llores más, ¿de acuerdo?. Te amo más. 

—De acuerdo— sorbí mi nariz y extendí más mi sonrisa.

Tomamos nuestras cosas del suelo, tomamos un taxi y éste nos llevó a un restaurant para cenar, ya que estaba oscureciendo. Comimos y nos marchamos a caminar un rato por el parque que estaba al frente del hermoso lugar, toda la gente caminaba tomadas de las manos junto a su pareja.

Harry rentó un auto alquilado, y en ese nos marchamos a lo que supuse que sería un hotel. Pero él solo se estacionó frente a una lujosa casa, era tan enorme que me pareció increíble de tan solo verla.

—Harry, ¿Qué hacemos aquí?— me giré a verle con confusión. Bajamos del auto y él me mostró unas llaves, agitándolos con una graciosa sonrisa.

—Esta será la casa en donde nos quedaremos, amor— dijo e introdujo la llave grande en el gran barandal, teníamos que recorrer un gran camino para llegar a la puerta de la casa, ya que el jardín estaba enorme.

—Pero, ¿cómo?

—James, mi jefe. Me prestó esta casa para poder pasarla los dos juntos— abrió el barandal —La casa la usa cuando vienen de vacaciones, por lo tanto está sola, completamente sola para nosotros.

Mi quijada se abrió. Me sorprendía que James nos dejara usar su enorme casa para casi un mes, yo sabía la gran confianza que él le tenía a Harry, así que me era normal, al menos tan siquiera algo, seguía sorprendida por ese gran detalle.

Harry tomó mi mano y recorrimos el gran jardín con tal de llegar a la puerta. Una vez ahí, introdujo otra llave y la puerta se abrió, todo estaba oscuro, a excepción de que un lugar a fondo se veía prendido.

—Veamos.. — prendió la luz, y el pasillo se iluminó. La casa estaba increíble, si por fuera se veía muy bien, ni hablar de cómo se veía por dentro.

 —Es hermosa— susurré, podía sentir como mis ojos brillaban.

—Lo es— me rodeó con su brazo, besó mi cabeza y ambos caminamos hasta llegar a la cocina. —Vaya, está prendida.

—¿Raro?, ¿verdad?.

—Capaz que la dejó prendida para que no estuviera todo a oscuras— se giró a verme y me sonrió ampliamente.

—¿Ahora qué?— comencé a reír, y él encogió sus hombros con una sonrisa traviesa.

Se acercó a mí y comenzó a besarme. Yo mantuve mis manos sobre sus rizos, me gustaba la manera en la que los tocaba. Él posó su mano en mi cintura, y con la otra comenzó a acariciar mi espalda con lentitud.

—Mmmh.

Sus besos se fueron bajando hasta mi cuello, y el calor comenzó a inundar el lugar. Yo me separé con una sonrisa juguetona y él me miró extrañado.

—¿Ahora qué Scarlett?— rió con confusión, iba a decir algo pero decidí correr ha donde sea que fuera.

—¡Alcánzame si puedes!

Llegué y prendí la luz de lo que pareció ser una sala, al momento de hacerlo solté un grito, sintiendo mi corazón dejar de latir.

—¡Pero qué diablos!— gritó con enojo al verme. Una chica de cabello oscuro se levantó del sofá, al parecer estaba dormida, usaba un pantalón gris holgado junto con una camiseta larga y oscura. —¿Qu-qué?, ¿qué haces aquí?, ¡contesta!— gritó alzando la voz muy molesta, pero pude notar que estaba tensada.

—Y-yo— tartamudeé sin saber que decir, estaba asombrada y aún asustada.

—¡Habla!

—¡Scarlett!, ¿Qué está pasando aquí?, wow— corrió Harry hacia nosotras, al verla se impresionó al igual que yo. —¿Qué haces aquí?, ¿Quién eres?.

—Ustedes deberían de decírmelo— nos miró a ambos con molestia, tomó el teléfono y comenzó a marcar —Llamaré a la policía par de intrusos.

—¡No, espera!— gritó Harry, y ella se detuvo a verlo —Debe de haber una confusión, llamaré al señor Evans para..

—¿Al señor Evans?— preguntó alzando una ceja, ambos asentimos con confusión y ella medio sonrió.

—¿Quién eres tú?— pregunté en un murmuro, ella se giró a verme y su sonrisa se agrandó.

—Selena Marie Evans— dijo enmarcando su apellido entre dientes —Hija de tu jefe para ser exacta— dejó de mirarme y se giró a ver solo a Harry. 



Again | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora