treinta y tres

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~ Scarlett ~

Podía sentir mis piernas temblar cuando la veía caminar hacia mi. Su rostro estaba fruncido con asombro, como si nunca se hubiera imaginado que yo estuviera aquí frente a ella —y de cierto modo sí, es raro que yo esté aquí por más que sea mi hogar—. Su sonrisa apareció lentamente cuando estuvo frente a mí, así que le devolví el gesto, bajando mi mirada con un poco de pena y nervios mezclados.

—¡Scarlett, es un gusto verte por aquí!— exclamó contenta, hace años que no la veía y no porque no quisiera visitarla, sino, por miedo de volver a recordar todo desde el inicio, ya que me era muy difícil olvidar lo malo —Harry no me avisó que estaban aquí.

Y ahí es cuando abrí mis ojos y le miré con nervios. ¿Cómo le digo que su hijo a causado de nuevo aquellos errores? Y encima, que estoy esperando un bebé suyo cuando él y yo estamos separados. Al ver ella mi reacción, supo de inmediato que algo andaba mal. Miró mis moretones y heridas fijamente y sus ojos se humedecieron.

—N-no me digas qu-que, Harry te ha maltratado, golpeado...— tocó con cuidado mis heridas y yo negué de inmediato.

—Anne, Harry no me ha golpeado, créeme... él jamás lo haría— dije intentando tranquilizarla. Yo sabía que por más loco que se ponga Harry, jamás me dañaría físicamente. —Mire, ¿tiene tiempo para un café? Es mucho de lo que le tengo que contar.

Iba a ser sincera a la señora Anne, ella merecía una explicación. Tengo que admitir que algunas cosillas si le tengo que ocultar, pero era para buenas razones.

—Las dejo solas— habló por primera vez Charlotte en esta conversación —Con permiso— entró a la casa, dejándonos solas.

—Iba al supermercado ahorita, pero ahora mismo nos vamos a un café para que me cuentes sobre todo, Scar— sonrió levemente y yo asentí bajando los escalones para darle un cálido abrazo, que ella respondió al instante.

~ Harry ~

—¡Corre Matt que casi perdemos el vuelo, mierda!— grité enfurecido, corría por todo el aeropuerto con una maleta en mano, la misma con la que había llegado a Seattle.

Luego de pensarlo todo, nos venimos al aeropuerto apresurados, no iba a perder más tiempo estando aquí. Conseguimos nuestros boletos para irnos a Holmes Chapel, y él único vuelo más cercano era en aproximadamente en diez minutos. Íbamos con mucho apuro haciendo todo el procedimiento, intentando no perder el maldito vuelo que ya pronto saldría.

—¡Harold, es por la puerta de allá, cabrón!— me dijo Matt histéricamente, y yo fui hasta llegar a él e irnos por la puerta correcta. —Casi perdemos el vuelo, eh.

—¡Pero estamos aquí!— murmuré algo cansado, entramos al avión y nos sentamos en nuestros asientos indicados.

Me recargué en mi asiento, estando así por más de dos horas en la misma posición sin dejar de pensar en cómo iba hacerle para que me perdonara. Giré mi cabeza para ver la ventana, viendo la ciudad de noche. Saqué el anillo de mi bolsillo del pantalón y lo miré detalladamente. Extrañaba mucho tenerla a mi lado, besándola y acariciándola, sintiendo como mis dedos tocaban su delicada y suave piel. Sus bellos ojos mirando los míos, su adorable risa que me hacía sonreír como un idiota. ¿Enserio dejaré ir todo eso? Yo quería ir hacía ella desde el momento que estaba en París, pero ella ya se había ido. Nunca quise esto, por eso mismo no dejaré que todo esto termine, o al menos que ella lo quiera así. Y si ella lo decide así, es porque realmente ve lo mejor para ella. Aunque me parta el corazón, estaré a su favor, ya que yo mismo se que la tercera oportunidad, es un enorme riesgo.

—Te amo— susurré, cerrando mis ojos para que cuando los abra, ya esté allí.

~ Scarlett ~

Llegué a casa ya algo noche, la plática con la señora Anne duró bastante y ella entendió perfectamente cada palabra que yo dije. Y bueno, ella solo me pidió que hablara con él, pero no se lo prometí. 

Miré a Louis dormido en el sofá, con sus labios levemente entre abiertos y abrazando un cojín como si fuera un niño pequeño. Sonreí y me acerqué a él para moverle ligeramente sin provocarle un susto.

—Hey, llegaste ya— abrió sus ojos de poco a poco, su voz sonaba tan ronca y modorra —Te estuve esperando, al igual que tu amiga Charlotte y tus padres, pero les dije que fueran a dormirse y que yo me quedaría aquí esperándote.

—Perdón, quise llamarlos pero había olvidado el móvil en mi habitación— sonreí un poco apenada, pero él negó, tallándose los ojos.

—Sólo no llegues tan tarde a casa, que nos preocupas, niña— rió suavemente y sus ojos miraron fijamente los míos.

Me quedé viendo sus ojos y sin poder evitarlo siento mis mejillas enrojecerse. De alguna forma me ponía nerviosa que me mirara así. Bajé mi cabeza, para que no notara mis mejillas rojas, pero su mano levantó mi mentón y sus labios chocaron con los míos, iniciando un suave beso que me sorprendió al principio, pero luego le seguí a su ritmo .

—Eres hermosa— murmuró aún con sus labios pegados a los míos y luego le siguió al beso, dejándome recostada en el sofá y él encima de mí, pero siendo cuidadoso para no dañarme —Tan jodidamente perfecta— dejó húmedos besos sobre mi cuello y yo jadeé sin pensarlo.

Quería apartarle y ponerle un alto, pero me gustaba como me tocaba y me trataba tan delicadamente. Eso lograba perder mi control, queriendo más y más de él.

—Scarlett... — se separó para verme a los ojos, su respiración sonaba tan acelerada —Venga, apártame que se que lo harás...

—No iba hacerlo, Louis— dije con la voz aguda, mi pecho subía y bajaba.

Mi voz temblaba y no podía dejar de sentirme tan nerviosa por todo esto. Yo quería más, y eso me asustaba bastante. Jamás creí que alguien a aparte de Harry, podía hacerme sentir tan bien con tan sólo unos simples toques. Por primera vez, ya no estoy pensando en Harry solamente, sino en Louis, él opacaba mi mente por completo.

—¿Quieres esto? ¿Segura?— asentí, viendo cada parte de su rostro —¿Puedo hacerte el amor?

—Hazlo. 


Again | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora