9.Sangre por sangre

10 0 2
                                    

Capítulo 9

❧❧❧

Mermar: Hacer que algo disminuya o quitar a alguien parte de cierta cantidad que le corresponde

Ya llevaba unos veinte minutos desde que desperté y no tuve el mismo impulso que antes de querer escapar ni mucho menos buscar una salida. Solo me quedé viendo el techo, ignorando al joven con moretones en el rostro que estaba curando mi herida en el abdomen. Sinceramente pretendía dejar que sucediera lo que tuviera que suceder. Me dolía todo el cuerpo. Las manos y pies me ardían. La cabeza iba a explotarme. Llegué a creer que iba a desangrarme. Me sentía sucia.

Quería odiar a Alden por meterme en sus problemas. Quería darle toda la culpa. Ojalá fuera tan fácil. No podía darle toda la culpa cuando fui yo misma quien tomó la decisión de seguir con esta estupidez. Fui yo quien lo seguía. Necesitaba saber las respuestas a las preguntas sobre mi mamá.

- No llores – parpadee girando la cabeza, viendo cómo el joven me observaba – No llores.

- No te entiendo.

Cubrió mi herida con unas vendas, se sentó a mi lado sin dejar de observarme con una mirada que parecía dolor. Su mano sucia de sangre y mugre fue a mi rostro que por instinto moví no queriendo sentir su tacto. No le dio importancia. Sus dedos rozaron mis mejillas mostrándome humedad. Lagrimas.

Realizó el mismo movimiento limpiando las lágrimas de mis mejillas.

¿Qué lo hacía diferente a los otros? ¿Cómo podía estar segura que no estaba utilizándome? Podría estar haciéndome creer que era buena persona. Tal Vez quería ganarse mi confianza. Tal cual como decía Alden.

Las cuerdas de paja se movieron dando paso a una joven con el vestuario que he visto en todas. Falda y pecho descubierto, su rostro solo tenía dos puntos a cada lado. ¿Qué querían decir los puntos? No tiene las líneas en medio de las cejas ¿Qué significa eso?

- La ceremonia va a empezar – habló con los ojos en el joven que al escucharla se levantó asustado. Él vio de mi a la joven ¿de qué hablaban? Intercambiaron palabras en las que no dejaban de verme con precaución.

La joven al ver mi desconcierto se acercó.

- Me llamó Alina y él es Lyan.

Al escucharla y entenderle me quise mover olvidándome que estaba amarrada. Solté un quejido.

- No te esfuerces. Estás muy herida, curamos tu golpe en la cabeza, pero sigue abierta la herida al igual que la del abdomen. Tienes rasguños en piernas y brazos, es mejor que descanses.

- ¿Qué van hacerme? Solo mátenme de una vez – mordí mi labio con fuerza. Todo me dolía demasiado.

- No todos están de acuerdo con las costumbres que llevan años, por eso es que mi hermano quiso ayudarte. A causa de eso casi lo matan. No podemos sacarte de aquí sin salir muertos nosotros. La mayoría te odia por ser cómplice del guardia de Reino oscuro. Al no tenerlo a él, se vengan contigo.

Muevo la cabeza negando.

- Yo no hice nada...no hice nada... ¡no maté a nadie! ¡déjenme ir! – suelto un grito con desespero. No quiero estar aquí. Quiero irme.

¿Cómo despierto? Quiero despertar

¿Por qué Vero aún no me despierta? Debo estar desangrandome en el salón de clases frente a todos. ¿Cómo voy a explicar eso?

- ¡Cálmate! – me sujeta de los hombros pegándome a la cama para que no me mueva – dentro de unos minutos van a venir a llevarte para empezar con el ritual.

LA REALIDAD DE UN SUEÑO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora